La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Razones frente al sueño eterno de Kalachi

De un extraño e imprevisto fenómeno en Kazajistán resuelto con diligencia por los gobiernos a un Avilés que afronta ante el plan de Baterías su mayor desafío industrial

Las baterías de coque de Avilés. Mara Villamuza

Los quinientos habitantes de la aldea de Kalachi llegaron a pensar que estaban malditos. Durante cinco años miraron con desconfianza el cielo, el aire, el agua que bebían... Incluso sospecharon del vodka cuando una extraña enfermedad empezó a apoderarse de ellos: sin motivo aparente, caían dormidos de una forma fulminante. Y podían pasar así varios días.

Las afecciones venían en oleadas: primero seis niños, después 60 personas. El sueño llegaba repentinamente, de una forma invencible. Y los médicos no sabían decir qué pasaba.

Kalachi está cerca de un pueblo fantasma que tuvo minas de uranio. Las sospechas siempre recayeron sobre ellas. Pero el misterio de esta aldea del norte de Kazajistán se desveló tiempo después: una combinación de monóxido de carbono y de partículas de hidrocarburos en la atmósfera era la responsable de aquel sueño invencible. Lo explicó el viceprimer ministro Berdybeck Saparbayev al poco del inicio de la epidemia de sueño: “Cuando el monóxido de carbono (CO) y los niveles de hidrocarburos (CH) aumentan, el oxígeno baja y produce esos desmayos”, aseguró. El “KO” llegaba en cualquier momento: ya estuviera uno ordeñando vacas o realizando tareas frente a un portátil.

Sin atmósferas tan irrespirables, pero con necesidad de cambiar de aires, Avilés afronta en el inicio de este 2021 todavía marcado por la pandemia con varios retos por delante. Uno de los más importantes se despejó parcialmente esta semana, tras conocerse que el Estado no aprecia injerencia alguna entre la demanda ante Fiscalía contra el exdirigente socialista Álvaro Álvarez y el proceso de licitación del proyecto de Baterías. Y si no hay motivos legales para suspender el procedimiento, como le ha trasladado la Abogacía del Estado a la entidad pública Sepides, tampoco existen razones para poner palos en las ruedas del proyecto, mantener hasta niveles exasperantes los debates eternos sobre los elementos a conservar o a derribar. Toca sumar fuerzas, abusar de los plurales y dejar las primeras personas, pensar en clave de futuro y buscar la complicidad necesaria para que el futuro parque empresarial se desarrolle en los plazos previstos y con los objetivos con los que nació: dar el salto del Avilés de las chimeneas a un proyecto empresarial de gran valor estratégico. La transformación de este suelo está considerada como una de las más importantes desarrolladas en Europa. Conviene no dormirse para alcanzar ese tren.

Igual que, recibidas las bendiciones del Gobierno regional, el proyecto agroalimentación y sostenibilidad que el Ayuntamiento de Avilés ha presentado para obtener financiación europea. Una ciudad sostenible es aquella que abandona el antagonismo con el campo y aprovecha las virtudes de uno y otro lado. Cuando la trama urbana se dispersa, la aldea se hace virtual y la revolución tecnológica arroja tantos problemas como oportunidades el papel de la Administración debe ser el de buen planificador del territorio. En Avilés el reto demográfico también forma parte de esas propuestas de intención que el gobierno local ha trasladado para obtener financiación comunitaria. El mundo entero se enfrenta a perturbadoras turbulencias y los cambios sociodemográficos que sitúan a esta ciudad como una de las más envejecidas del continente en pocos años ofrecen una oportunidad para modernizar y abordar reformas estructurales que permitan aumentar el potencial de la economía local.

Con uno de los polígonos empresariales más ambiciosos de los últimos años en ciernes, Avilés debe mirar al futuro con la ambición suficiente para mostrarse al mundo como esa capital siderúrgica que fue en otro tiempo.

A desafíos, pero en otra clave, se refirió a través de las páginas de este diario el director gerente de la Fundación Centro Niemeyer. El sector cultural también afronta un cambio de tendencia con la pandemia. Pero sin perder de vista el enfoque que cualquier institución debe tener en este momento. “La cultura no es solo asturiana, española o extranjera, tiene su propio idioma e interpela a todas las personas”, señalaba el responsable del centro que cumple estos días su décimo aniversario.

Sin cumpleaños, aunque motivo de celebración es que la Alianza por la Industria haya decidido convocar una sesión monográfica sobre la crisis de Alu Ibérica. De la deriva en la que se encuentra la factoría dieron cuenta los trabajadores en la movilización de ayer. Avilés debe buscar su futuro en el siglo XXI sin perder de vista lo que es hoy. Y en ese futuro los trabajadores de la aluminera deben contar siempre.

Compartir el artículo

stats