Tramitan la repatriación de cinco marinos de una draga en reparación en Avilés

La tripulación, 12 hombres, denuncia “insalubridad a bordo” y el sindicato ITF gestiona con la firma armadora la mejora de la habitabilidad del barco

El “Ambika 2”, atracado en el muelle del astillero avilesino.

El “Ambika 2”, atracado en el muelle del astillero avilesino. / Amaya P. GIÓN / Francisco L. JIMÉNEZ

Amaya P. GIÓN / Francisco L. JIMÉNEZ

Doce tripulantes de una draga que se encuentra en reparación en el astillero de la ría de Avilés denuncian vivir a bordo en “condiciones insalubres”. Los marinos son de nacionalidad ucraniana, rusa y nigeriana y cinco de ellos urgen su repatriación urgente al armador, con el que está en contacto la Federación Internacional de los Trabajadores del Transporte (ITF). Según fuentes de este sindicato marítimo, los trámites para la repatriación “ya están en marcha”, de modo que existe la confianza de que los cinco marineros que han expresado su deseo de volver a casa puedan emprender el viaje “en uno o dos días”, poniendo fin a la pesadilla vivida en Avilés.

El “Ambika 2” es una draga construida en 1986 en Yugoslavia y terminada en Bélgica; su último propietario fue una sociedad Belga del grupo DEME. En el mes de septiembre pasado llegó a El Musel para su desguace, pero una empresa nigeriana (Prime Optimus Nigeria Limited) adquirió la propiedad y la retiró del desguace con el objeto de operar con ella en su país, previa reparación.

Luz Baz, inspectora de la ITF en Asturias y coordinadora nacional, estuvo el martes a bordo del barco, atendiendo el requerimiento de inspección que algunos marinos habían hecho al sindicato ucraniano afiliado a la ITF. Baz pudo comprobar que, al menos hasta la fecha, el armador está pagando los salarios a la tripulación, si bien los sueldos de los cuatro marinos nigerianos están muy por debajo de las recomendaciones mínimas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Constató, además, que “las condiciones de salud, higiene y salubridad están muy lejos de cumplir los estándares mínimos y ponen en riesgo la salud de los marinos, que no sólo trabajan en el barco, sino que viven en él”.

En concreto, el sistema de drenaje del buque no funciona y, según la información trasladada al sindicato por el astillero, el armador no dio a este aspecto ninguna prioridad. Esto hace que se inunden las zonas habitables del barco, tanto los camarotes como la cocina. Por lo tanto, “tareas básicas como la higiene personal y la preparación de alimentos no pueden realizarse en condiciones de salubridad mínimas”, explican desde la ITF. Cinco marinos solicitaron su repatriación, no sólo por las condiciones mencionadas, sino también porque, según alegan, hay muchas deficiencias que comprometen seriamente la seguridad del barco.

La ITF está en contacto con el representante de la sociedad armadora del buque. En vista de las pésimas condiciones de habitabilidad que padecen los marinos, la ITF exigió al armador que los enviase a pasar la noche a un hotel de la ciudad quedando solo tres marinos de guardia. Esa petición fue aceptada, y desde el martes nueve de los doce tripulantes tienen al menos donde dormir secos y asearse.

Asimismo, la ITF ha hecho ver a la armadora que el buque tendrá que ser inspeccionado antes de su salida de Avilés por la Sociedad de Clasificación (garante de la seguridad a bordo) y las autoridades marítimas españolas, por lo que el sindicato marítimo confía en que, cuando zarpe, el buque cumplirá los estándares de seguridad.

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