La presencia por segundo año consecutivo de importantes bancos de bocarte de buen tamaño y calidad en la costa asturiana repercute positivamente en la actividad de la dos mayores lonjas pesqueras de la región, Avilés y Gijón. La primera facturó el pasado mayo 3.143.085 euros, la segunda mejor cifra de su historia en dicho mes; el récord se logró, precisamente, el año pasado, y también con la inestimable ayuda de las descargas de bocarte: 3,45 millones de euros. Si los datos de la rula avilesina son buenos, los de la de Gijón entran en el terreno de lo sobresaliente, pues la lonja de El Musel ya ha vendido este año bocarte por valor de más de 14 millones de euros, tanto como toda su facturación de 2020.
Como informó este periódico, la costera de bocarte en la primera mitad del año ha sido inmejorable en Asturias: coincidieron la abundancia del recurso, su buen tamaño (un factor que condiciona el precio) y la cercanía de los bancos a tierra. Todos los ingredientes precisos para que la campaña diese excelentes rendimientos. Y a todo lo anterior se unió, además, la decisión de las flotas vasca y cántabra de vedar la pesca en sus aguas –el bocarte que se estaba pescando antes de aplicar esa medida era de talla pequeña, poco rentable– y trasladar su actividad a la costa asturiana, algo de lo que se beneficiaron comercialmente las rulas de Gijón y Avilés.
En sintonía con la elevada facturación del mes de mayo, la rula de Avilés fue el punto de descarga de 1.123 toneladas de pescado variado, un 10 por ciento más de la media histórica mensual de mayo. De merluza, el pescado que constituye la base comercial de la lonja avilesina, se echaron a tierra 348 toneladas y el valor de venta de las mismas superó los 1,23 millones. En segundo lugar por importancia comercial en mayo se situó el bocarte, del que se descargaron 424 toneladas que reportaron a los armadores 1.011.323 euros.
Poco expuesta a la volatilidad de especies pesqueras que unas temporadas pueden reportar grandes capturas y otras veces fallar (caso del bocarte), la rula de Avilés mantuvo en mayo una positiva dinámica de descarga de todo tipo de pescados y mariscos: 54 toneladas de xarda, 119 toneladas de bacaladilla, 19 toneladas de parrocha, 16 toneladas de pixín, 14 toneladas de gallos y 37 toneladas de chicharro, por citar algunos.
“Si algo caracteriza a esta lonja es que en su actividad diaria abarca todos los tipos de pesquerías que se llevan a cabo en el Cantábrico –bajura, cerco, arrastre, pesca en aguas comunitarias– y eso da mucha estabilidad a nuestra oferta de pescado”, señala el gerente del complejo, Ramón Álvarez.
Los pescadores esperan resarcirse con el bonito y el chicharro de la mala costera de la xarda
Los pescadores asturianos confían en resarcirse de la peor costera de xarda (caballa) en muchos años con las capturas que se hagan en las campañas del bonito, recién iniciada, y del chicharro (jurel), que al menos en aguas del Este del Cantábrico ya está propiciando buenas capturas.
Las noticias alentadoras que llegan del chicharro a los puertos asturianos no se corresponden, de momento, con las señales que da el bonito. Las primeras tripulaciones que zarparon en busca de los túnidos en aguas del Atlántico volvieron a puerto decepcionadas tanto por la poca cantidad de ejemplares capturados como por el hecho de no haber detectado bancos importantes de la especie.
Los profesionales que se dedican a la captura de los bonitos mantienen la esperanza de que durante este mes cambien la tendencia, y es que de no ser así el año será “desastroso” para el colectivo de flota que tiene alta dependencia de tres especie en horas bajas: xarda porque no hubo, bonito porque hay dudas y merluza de palangre porque el cupo asignado es exiguo.
