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Azsa reprograma su plan de mantenimiento para minimizar el recorte de producción

El gigante del cinc elabora un calendario anticipado de paradas con la esperanza de ganar tiempo en la confianza de que baje el precio de la luz

Las chimeneas de la fábrica de Azsa, recortadas contra el cielo del anochecer.

Asturiana de Zinc (Azsa) va a apurar hasta el último minuto para evitar aplicar el plan de “ralentización” de su producción de cinc anunciado el pasado miércoles y que es consecuencia de la carestía de la electricidad: tanto ha subido el precio de la luz que a la fundidora de San Juan de Nieva le cuesta dinero mantener su ritmo de producción en determinados momentos del día (los que coinciden con los precios más altos de la energía).

Según ha podido saber este diario, la dirección de la empresa ha decidido analizar si es viable técnicamente y conveniente económica y productivamente anticipar la fecha de inicio de las paradas de mantenimiento que todos los años se realizan de forma programada a finales de año para hacer reparaciones, ajustes y sustituciones de componentes de los equipos sensibles al desgaste.

De prosperar la idea, el adelantamiento de las paradas de mantenimiento permitiría a Asturiana de Zinc ganar tiempo, abrir un compás de espera durante el que poder ver la evolución del precio de la electricidad sin padecerlo en forma de encarecimiento de la factura. El escenario energético posterior es una incógnita –podría haber bajado el precio de la electricidad, seguir en el nivel actual o haberse elevado aún más–, pero al menos Azsa juega sus cartas al límite para evitar tener que hacer recortes de producción.

A día de ayer, los analistas del mercado de futuros eran pesimistas sobre la evolución del precio de la luz en España a tres meses vista. Los 175,13 euros/megawatio-hora de media para los tres últimos meses de 2021 que pronostican los operadores en ese mercado mayorista de futuros son muy superiores a los algo más de 114 de euros en los que ha cotizado de media el “pool” desde junio, cuando arrancó una escalada sin precedentes.

Se supone que para el primer trimestre de 2022 los precios bajarán algo en España, pero poco; los futuros de OMIP (el operador del mercado regulado que ofrece una plataforma de negociación para productos energéticos) apuntan a un precio medio de 162,5 euros, frente a los 176,66 euros/megawatio-hora de Francia y los 158,6 euros/megawatio-hora de Alemania. Para el conjunto del próximo ejercicio, los futuros apuntan a un precio medio de 107 euros en España, frente a los 75 euros del año actual.

Asturiana de Zinc (Azsa) es la primera gran industria cuya producción se puede ver afectada por el elevado coste de la energía. La dirección de la planta en San Juan de Nieva decidió bajar el ritmo de producción cuando el precio de la electricidad supere el umbral que compromete su rentabilidad. La medida, según lo anunciado, no afectará de momento al empleo pues tiene como única finalidad reducir el consumo de energía para alivia el peso de la factura eléctrica. Así mismo, e independientemente del posible adelanto de las paradas de mantenimiento, el plan de ajuste productivo no tendrá incidencia en la inversión en marcha para modernizar parte de la línea de electrolisis y aumentar la capacidad de producción.

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