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Una gitana avilesina se forma para ser guardia civil: "Me gusta ayudar"

Pamela Jiménez cumple su sueño pese a los recelos de su comunidad: "Quiero comerme el mundo"

Pamela y Desiré Jiménez, ayer, en Sabugo. | María Fuentes MARIA FUENTES

Pamela Jiménez Jiménez es la gitana avilesina que rompe moldes. A sus 18 años, ha cumplido su sueño de continuar con sus estudios para convertirse en agente de la Guardia Civil. Aspira a ser la primera gitana asturiana en conseguirlo. "Quiero comerme el mundo", sostiene esta joven que desde bien pequeña supera las presiones de su entorno, una comunidad con unos roles de género estrictos, un colectivo en el que las mujeres se casan a los 16, tienen hijos y se quedan en casa. Ella no quiere saber nada de eso desde bien pequeña. Jugó al fútbol desde los seis años, ha sido una estudiante destacada y ahora inicia una nueva etapa para hacer carrera en el Instituto Armado, independizarse y hacer su propia vida, "sin depender de nadie".

Pamela cursó los estudios básicos en el colegio Virgen de Las Mareas y completó la Secundaria en el Santo Tomás. Lo de las fuerzas del orden lo lleva en el corazón y la sangre (su tío materno, Andrés Vidal, es guardia civil). "Siempre tuve claro que quería trabajar en el Cuerpo. Creo que me empezó a gustar en una exhibición que hubo en el colegio", explica. Se refiere a una de esas actividades que las fuerzas de seguridad realizan por los centros educativos. Un agente la subió a una moto y la pequeña gitana quedó atrapada. "Ayudar a la gente es lo que más me gusta, por eso quiero dedicarme a esto", añade.

La joven tiene el apoyo incondicional de su familia, en general, y de sus padres (Desiré Jiménez y Juanito Jiménez) en particular. La progenitora presume de que Pamela ha salido a ella. "Me llena de orgullo. Yo soy como ella, pero no tuve tantas oportunidades. Me crié en un colegio interno en Noreña y creo que eso fue lo que me cambió, crecí en un ambiente diferente y eso me abrió la mente", cuenta la madre.

Pero Desiré Jiménez siguió el camino gitano: "Me casé con 16 años, tengo cinco hijos y un bebé en acogimiento. Y esa vida no la quiero para mis hijas. Uno de los mayores errores que cometí en la vida fue no haber estudiado. Mi hija mayor tiene 19 años y va a ser mamá en unos días, dejó los estudios a los 16, se acostumbró a la comunidad gitana. Pamela lo respeta, pero quiere una vida distinta", relata la madre. Y su hija asiente: "Me gusta el fútbol, quiero ser guardia civil y luchar por mi sueño".

Futbolista y guerrera

La decisión no ha sido fácil puesto que la familia Jiménez Jiménez es consciente de que los pasos que está dando les puede cerrar puertas dentro de la comunidad. Pero están acostumbrados y preparados para eso y más. Porque desde que era bien niña, Pamela viene rompiendo moldes. Comenzó a jugar al fútbol en el colegio y a los seis años Sita Méndez la fichó para el Femiastur, donde jugó durante casi una década. Fue una de las pocas futbolistas gitanas federadas de Asturias y jugó los dos últimos en el Avilés.

Nunca le importó que la llamaran "la machote" o que en la comunidad alertaran una y otra vez a la familia de que "así no la van a casar", que "se está haciendo moza". "Yo no hago a mi hija moza con 13 o 14 años para casarla", sentencia su madre.

Pamela Jiménez ha empezado esta semana a formarse en la Academia Civil de Gijón para alcanzar su sueño, unos estudios que sus padres sufragan con el ingreso mínimo vital que perciben. Después vendrán dos años fuera de Asturias, en Jaén. Y ella está deseando volar: "Quiero trabajar fuera, ser independiente y autosuficiente. Conozco a muchas gitanas que quieren hacer cosas pero se esconden por su familia. Tienen miedo. Desde aquí les digo que se atrevan, que no dejen sus estudios. Me gustaría ayudar a muchas gitanas. Se puede ser gitana y, a la vez, una mujer independiente y autosuficiente". Ella sigue superando barreras y dando pasos firmes para conseguirlo.

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