Un "sargento" de hierro regula el paso en Avilés: el bolardo de la calle Emile Robin acumula unos 40 impactos

"Iba detrás de un autobús y no vi el bolardo", explicó la conductora que el pasado 20 de enero estampó su coche contra el pivote móvil que regula la entrada a la calle Emile Robin. "Frené para que pasase un peatón y se elevó con el semáforo en ámbar", lamentó el afectado por un choque contra el cilindro de acero el día 23 de marzo de 2021. Estos testimonios corresponden a la última y primera víctima del polémico bolardo que controla la entrada de vehículos al barrio de Sabugo en las inmediaciones del parque del Muelle. Entre una y otro, unos cuarenta afectados (salen a una media de casi dos al mes), en todos los casos con daños materiales en los vehículos, afortunadamente ninguno herido grave.

La reiteración de los choques contra el bolardo llevó al Ayuntamiento de Avilés a duplicar e incluso triplicar las señales de advertencia que avisan a los conductores de que entran en una vía de tráfico restringido (solo pueden circular por ella vehículos autorizados y acreditados con una tarjeta) y "blindada" con un bolardo móvil. Pero ni por ésas: los accidentes se siguen sucediendo.

El denominador común de los choques contra el bolardo, según el testimonio de los conductores, es el "desconocimiento" de que la calle Emile Robin ha pasado a ser semipeatonal. En muchos casos se alega "despiste" o obstaculización de la visión al circular detrás de vehículos pesados. La Policía Local habla de "inobservancia" de las señales. Y no faltan quienes toparon con el bolardo en un exceso de confianza: pensar que da tiempo a cruzarlo aprovechando su bajada para el paso de un vehículo autorizado. Pero el "sargento de hierro" que vigila la entrada a Sabugo es inflexible: solo pasan los que deben pasar; los demás, al taller de chapa.

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