El velero dejará la playa de Bañugues por carretera la próxima semana

La operación cuenta con los permisos de la Demarcación de Costas y de Gozón

Dos personas contemplan desde la arena el velero varado en Bañugues. | R. Solís

Dos personas contemplan desde la arena el velero varado en Bañugues. | R. Solís / S. F.

Saúl Fernández

Saúl Fernández

El penúltimo periplo del velero que encalló en la playa de Bañugues a comienzos de este mes de septiembre va a ser por carretera: con dirección a los astilleros. Los nuevos propietarios de la embarcación que varó en la ensenada gozoniega en la noche del pasado día 1 han solicitado y han recibido los permisos necesarios para realizar la operación de traslado. La van a llevar a cabo, además, en pocos días. La idea es que esta se produzca a lo largo de la semana entrante.

Los permisos que solicitaron los compradores del barco han sido a la Demarcación de Costas, que depende del Ministerio de Transición Ecológica, y del propio Ayuntamiento de Gozón. Y esto es así porque en la carga del barco va a ser preciso utilizar grúas que eleven el barco hasta el vehículo que, por carretera, lo terminará llevando a los astilleros donde, previsiblemente, se realizará un análisis del estado en que se encuentra tras casi un mes varado y sometido al desvalijamiento.

El permiso de Gozón es preciso dado que el último viaje del velero varado de Bañugues va a tener que utilizar carreteras de ámbito municipal.

El accidente del velero, que tiene diecisete metros de eslora, se produjo en el inicio de una noche clara en el Cantábrico, cuando, afectado por una avería electrónica dejó a los dos tripulantes de la embarcación perdidos entre las olas. Para salvar la situación, habiendo pasado el puerto de Luanco, el barco entró en la ensenada de Bañugues donde terminó chocando con la orza en el fondo arenoso de la playa. La orza es una especie de aleta con forma de triángulo rectángulo situada en el fondo de la quilla.

El barco contaba con dos navegantes: uno de nacionalidad noruega y el otro, italiana. La Guardia Civil acudió al lugar del accidente y constató que ninguno de los dos navegantes había sufrido heridas. Adujeron ambos que habían tenido una avería que hizo que desconectaran todos los aparatos necesarios para continuar el viaje (GPS, principalmente).

Los dos viajeros, ayudados por Salvamento Marítimo y los socorristas del Ayuntamiento de Gozón protagonizaron una operación de arrastre del navío a alta mar, pero sin éxito. Ahí se descubrió, entre otras cosas, la avería mayor en el casco. Ese es el que pretenden reparar los nuevos propietarios del barco en cuanto lleguen a los astilleros. Ellos compraron el barco a los náufragos.

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