El apagón analógico amenaza con dejar sin comunicaciones a 30 empresas de Gozón

Movistar anuncia el fin en abril del servicio con cable de cobre en el polígono de Maqua y solo da como alternativa el teléfono vía satélite

Vista de una de las calles del polígono industrial de Maqua.

Vista de una de las calles del polígono industrial de Maqua. / Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

Francisco L. Jiménez

La recepción de una carta de Movistar que comunica a los empresarios del polígono industrial de Maqua, en Gozón, el fin inminente del servicio analógico de comunicaciones (el que depende de un hilo de cobre, tanto para la telefonía como para el acceso a internet) ha generado una alerta extrema entre los afectados por esta decisión, que se enmarca en el proceso paulatino de sustitución de la antigua tecnología del cobre por la moderna fibra óptica.

El problema es que Gozón es uno de los municipios asturianos donde apenas se ha desarrollado la red de fibra óptica y el polígono de Maqua aún está entre las zonas de «sombra». De este modo, la única alternativa que la compañía prestataria del servicio ha dado a los empresarios –si bien es cierto que ni siquiera se ha puesto en contacto con todos– es que contraten telefonía e internet por satélite, la solución que se emplea habitualmente en lugares recónditos o ámbitos rurales en los que la llegada de la fibra óptica e una utopía por los costes que entraña su tendido. Movistar también añade en su misiva que aquellos clientes que no actualicen su conexión con la «tecnología alternativa [vía satélite]» perderán la línea y el número de teléfono que tienen asignado.

«Pensar en que una empresa como la nuestra, que basa más del 80 por ciento de su negocio en la venta por internet, pase a depender para sus comunicaciones de una conexión vía satélite es surrealista. Eso no es una solución, es una condena de muerte», protesta Isaac Villanueva, gerente de una de las empresas radicadas en Maqua. La sociedad mercantil de este empresario fue de las primeras en asentarse en el polígono, tiene una centralita telefónica que gestiona varios terminales y una ventana abierta al mercado mundial a través de internet. Todo eso dejaría de existir sin unas comunicaciones «acordes al siglo XXI», según apostilla Villanueva. «Con todos los respetos, lo que no puede ser es que nos condenen a trabajar con una tecnología de comunicaciones propia de la alta montaña de Cabrales. En mi empresa, y supongo que en todas, se hacen a diario videoconferencias, varias llamadas telefónicas a la vez y hay un gran flujo de datos por navegación en internet, incluido el envío de archivos pesados... Todo eso, que es la esencia de nuestra actividad, está en riesgo si no llega a tiempo la fibra óptica para sustituir el cobre», añade el preocupado empresario.

De las llamadas realizadas por los empresarios de Maqua al Ayuntamiento de Gozón, a Movistar y a la operadora Telecable para expresar su preocupación y sondear posibles soluciones han sacado en claro que la fibra óptica está «en situación de despliegue», pero que no acaba de llegar ni hay fecha para que sea una realidad.

Por anacrónico que parezca, la fibra óptica no está disponible en la práctica totalidad del polígono industrial de Maqua, donde tienen sede y actividad una treintena de empresas, pero sí que llega a una pequeña parte. Eso es así porque hubo unos empresarios que costearon de su bolsillo la inversión para tender la red en la suposición –muy certera– de que la extensión de un servicio tan básico para el funcionamiento de una empresa como el acceso a la banda ancha de calidad iba «para largo».

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