Un año más, volvemos a hacer mención a este día con el fin de visibilizar y concienciar a la ciudadanía de un gran problema que está lejos de ser solucionado, permanece constante en nuestra sociedad e incluso se agrava. En lo que vamos de año ya son 48 las mujeres asesinadas a manos de sus parejas o exparejas, además de todas aquellas que siguen siendo víctimas de violencia de género. Lo peor de todo es que no podemos cerrar una cifra exacta ya que es posible que mañana, cuando nos despertemos, ese número sea mayor.
Es intolerable ver cómo los casos de violencia de género, ya sea física o psicológica, aumentan; y lo hacen, sobre todo, entre personas cada vez más jóvenes, que reproducen comentarios, situaciones y relaciones profundamente machistas. La educación en igualdad no se trabaja con la suficiente intensidad y los referentes de relaciones son los estereotipos de televisión, internet, libros, películas?
¿Cuántas veces habremos escuchado "Si es celoso significa que me quiere" o "Me gusta que me controle, significa que le importo", entre muchas otras? Son la antesala de posibles relaciones peligrosas que pueden dar lugar a mucho daño, a muchas muertes.
El 7,4 por ciento de mujeres de entre 21 y 30 años fueron víctimas de violencia de género en 2014. Un año más tarde, en 2015, este porcentaje es del 25 por cierto: es evidente que estamos retrocediendo.
Es urgente trabajar el problema desde la raíz y desde edades más tempranas, con la educación como pilar fundamental para establecer las bases por la igualdad y que concienciar a los y las jóvenes, cuanto antes, contra todo tipo de violencia de género.
En España llevamos años luchando por alcanzar la igualdad entre hombres y mujeres. En cuestión de violencia de género hubo mucho debate para poder avanzar en el terreno legislativo y en el desarrollo de dispositivos de seguridad.
El pasado 7 de noviembre, miles de hombres y mujeres llenamos Madrid para mostrar nuestro rechazo ante todo tipo de violencia machista. ¡Qué doloroso fue ver, los días siguientes, que varias mujeres de diferentes partes de España habían sido asesinadas!.
Hay que preguntarse qué está pasando. Y un handicap importante es que es muy difícil concienciar a las personas de un problema que ha sido asumido, y es más difícil aún porque vemos números en vez de personas, sosteniendo de esta manera un modelo que deja muchas muertes en España y en el mundo. Si a eso sumamos la dificultad de llevar a cabo una lucha en la que no se cuenta con el apoyo ni los recursos necesarios, lo tenemos realmente complicado.
Los hombres tienen que ser conscientes de este problema y unirse a esta lucha. En los centros educativos hay que trabajar para que los menores no cometan los mismos errores; en el mercado laboral hay que erradicar la desigualdad de condiciones entre mujeres y hombres y el acoso laboral; desde la justicia hay que corregir muchos errores que todavía se están dando y reforzar la seguridad? Una lista de actuaciones que son responsabilidad pública y que hay que garantizar.
Pese a las numerosas complicaciones con las que nos encontramos, seguiremos trabajando cada día por encontrar la manera de corregir estas desigualdades y luchar contra la violencia de género. Es un germen profundamente arraigado en la sociedad y hay que impedir que siga expandiéndose entre hombres y mujeres.
Aún nos queda mucho camino y mucho que replantearnos. Aún nos queda avanzar en la reflexión del origen del problema, en el patriarcado que se traslada a nuestras relaciones cotidianas, a los medios de comunicación, a la familia?
Aprender a tratarnos como iguales es una tarea difícil si ya desde muy jóvenes nos trasladan un modelo lleno de desigualdades que inicialmente pasan desapercibidas, pero que a medida que vamos tomando conciencia del problema, alertamos. Un modelo que deja cada día un mayor número de víctimas.
