Hoy, 21 de marzo, pretendemos hacer fiesta en Asturias. Hoy queremos hacer de Asturias la capital mundial de la poesía con un proyecto único en el mundo convocando a todas las lenguas y culturas. Como comienzan todos los magnos proyectos dirigidos por eminentes personas, es éste que hoy nos importa de especial calado e importancia para los asturianos. Y tendría que ser otra vez el bueno de Graciano García, “Chano”, el inventor de los entonces Premios Príncipe de Asturias, quien pusiera en marcha este precioso y genuino proyecto, inspirado en cierta medida en el Premio internacional de ensayo Jovellanos, hace ya casi 28 años. Me contaba una vez el maestro Graciano que en una de las reuniones que de vez en cuando mantenía por cuestiones profesionales con el ya fallecido Isidoro Álvarez, de El Corte Inglés, este le comentó al oído en cierta ocasión: “Tú y yo somos unos incompetentes para hacer cosas pequeñas”. Y vaya si efectivamente eran unos incompetentes para tal menester.

El actual proyecto de Graciano adquiere en este momento tal magnitud y relevancia que personajes y entidades de talla nacional e incluso internacional han dado su entusiasta y emocionado apoyo a este sensible y poético propósito. En cualquier caso y en este momento está en manos de los asturianos, de todos los asturianos, el pleno éxito de “Asturias, capital mundial de la poesía”. Multitud de sectores, empresas, autónomos, comercios, entidades docentes y organismos han puesto y siguen poniendo su granito de arena incorporando, por ejemplo, a cualquiera de sus actividades profesionales un poema de un autor por ellos mismos elegido plasmándolo en un simple trozo de papel siendo portada del mismo el logotipo de nuestro proyecto.

Piensen por un momento en la relevancia de lo que estamos comentando, que bastaría recoger como a continuación haré las palabras de la señora Audrey Azoulay, directora general de la UNESCO, con motivo del Día mundial de la poesía 2020. Dice Azoulay: “La poesía anida en lo más hondo de lo que somos, mujeres y hombres que conviven en el mundo de hoy, abrevándose en el legado de las generaciones pasadas y custodiando este mundo para nuestros hijos y nietos. Al celebrar hoy la poesía, celebramos nuestra capacidad de luchar unidos por la diversidad biológica como preocupación común de la humanidad y como parte integral del proceso dedesarrollo internacional”.

Utilizando palabras de Graciano, es éste un proyecto vehicular para una Asturias esperanzada, culta, unida, que siempre y hoy más que nunca amó y ama, pues eso, la cultura, la libertad y la concordia; para poder emprender con todo ello caminos que otros no hicieron ni hacen, y además arriesgando, porque sin riesgo ningún plan de este tipo es un proyecto de éxito, y éste lo es.

Le dije a Graciano en alguna ocasión que pese a las condecoraciones, reconocimientos y premios que recibió, España y desde luego Asturias habrían de reconocerle aún mucho más. A propósito, el Rey emérito un día le comentó, así como quien no quiere la cosa: “Eres un héroe de España”. Y no se quedaba corto el emérito con el comentario, en mi opinión. Y el reconocimiento como “Hijo predilecto del concejo de Aller”, y el de “Hijo adoptivo de Oviedo”, y la “Medalla de oro de Asturias”, incluso la máxima distinción civil de España, la “Gran Cruz de la Orden de Carlos III” formarían parte, en todo caso, del verdadero homenaje y permanente y visible reconocimiento como sería que en ciudades y villas asturianas el nombre de Graciano García estuviera en una próxima calle, plaza o edificio que en esos lugares se llevara a cabo y rezara algo así como: “Graciano García, “Chano”, periodista”, con especial implicación en las localidades de Moreda, Tapia de Casariego y Oviedo. Ahí dejo la propuesta. No olviden que si alguien, en su día, puso a Asturias en el mapa del mundo ese fue Graciano con sus Premios.

“Escribir poesía es como hacer el amor: nunca se sabrá si la propia alegría es compartida”. Césare Pavese.