Opinión | balcón al muelle

Definitivamente estamos locos (o casi)

La semana horribilis en que el Real Avilés sufrió con el pasado y el presente y se enfrenta a un futuro donde ha de imponerse la mesura

"¡Ladran Sancho, señal de que avanzamos!". El tuit, desde una cuenta oficial del club blanquiazul, a eso de las dos menos cuarto de la tarde de este viernes, apenas una hora después de que el Real Avilés hiciera público el pago del último plazo de la deuda histórica con el Ayuntamiento, ponía fin a una semana convulsa. Y venía también a zanjar las críticas y los inconvenientes más recientes que se les presentaron.

Definitivamente estamos locos (o casi)

Definitivamente estamos locos (o casi) / Covadonga Jiménez

Una búsqueda rápida acerca del origen de ese "Ladran, Sancho, señal que cabalgamos" arroja en gran parte de los resultados una vinculación directa a un texto escrito en la obra literaria de Cervantes. La misma frase también puede escucharse en la película versionada por Orson Welles que fue estrenada en 1992 en donde Don Quijote le dice a su compañero Sancho: "Déjalos, cuando ladran significa que estamos en camino". Y alguna fuente indica que hay una un proverbio turco, más antiguo que unos versos de Goethe (donde también se alude al "ladran, luego cabalgamos") que dice: "Los perros ladran, pero la caravana avanza".

La afición.

Esa caravana, además de extensa y con profundas raíces en el pasado, está llena de altibajos si se piensa en la historia reciente del club local. Hace ahora un año, los blanquiazules agradecían, cada domingo, a las puertas del play-off de ascenso, el acompañamiento y aliento de los más de 3.000 aficionados que correspondían con el equipo en el Suárez Puerta. Semana tras semana, incluso hasta en el domingo de junio que en el sueño de truncó, la ilusión de mantenía elevada la máxima potencia "¿Qué es esta locura?", "¿Seguimos soñando a lo loco?", "Definitivamente, estamos locos", proclamaban desde la dirección del club.

En la calle, a lo largo de estos últimos meses y también en un buen puñado de los últimos años, no habido siempre el mismo sentimiento hacia el equipo. Pesaba el pesimismo, las deudas y los impagos, los gestores sucesivos que no acaban de dar con la tecla para recuperar el aliento tanto en la competición, sobre el terreno de juego, como fuera, cuando había que buscar garantías de estabilidad económica para el club.

Y en medio de esta historia, un buen día, mediada la primavera de 2019, una empresa mallorquina comunicaba que había asumido el reto de gestionar un equipo de fútbol histórico como el Real Avilés, ni más ni menos que el octavo más antiguo de España.

"El Charly".

Detrás de aquella alianza estaba Carlos Cortés, "el Charly", el patriarca de los gitanos en Baleares –ahora investigado y encarcelado en el marco de la operación "Jaque Mate"–, aunque la sociedad que representaba en 2019, Norte Proyectos Deportivos Mallorquines, estaba a nombre de sus hijas. Aterrizaban en la ciudad de la mano del abogado Pedro Horrach, exfiscal en el caso Nóos en el que resultó imputado el marido de la infanta Cristina, Iñaki Urdangarín. Y la consejera delegada de Norte Proyectos, Anne Ignacio, aseguraba entonces que llegaban a Avilés con la mentalidad de recuperar la afición y conseguir lo antes posible el ascenso del club a Segunda B, que entonces militaba en tercera división.

El camino fue bien distinto. Fuera ladraban y se cabalgó poco. Quedaba lejos aquella tercera posición en la Segunda División de España en la temporada 1952-53, que le dio derecho al Real Avilés a disputar la promoción de ascenso a Primera. Y en Copa del Rey llegó a los dieciseisavos de final en 1991-92.

A la llegada de Norte Proyectos Mallorquines al Avilés –siendo todavía el máximo accionista del club el empresario José María Tejero–, el primer equipo se movía por los puestos bajos de la Tercera División.

La llegada de Baeza.

Y cuando la empresa de Carlos Cortés vio necesario asociarse a otras sociedades para atajar sus problemas económicos, se produjo el desembarco de un nuevo grupo empresarial que se hizo con el control de la empresa gestora en 2020. El empresario gijonés Diego Baeza fue nombrado como nuevo administrador. Y fue a partir de esa etapa, nuevamente con altibajos, en que los resultados comenzaron a mejorar y el club logró una de las tres plazas disponibles para la nueva liga Segunda División RFEF. Tras 19 años, en mayo de 2021, se cumplía el sueño marcado al inicio de aquella campaña.

Pocos podían prever que en los dos años posteriores, la realidad del equipo sería bien distinta y pasaría a estar vinculado a uno de los mayores golpes contra el narcotráfico en Baleares, cuyo cabecilla, Carlos Cortés, "el Charly", fue también el hombre detrás de Norte Proyectos Mallorquines. Los investigadores sospecharon, a la vista de las pruebas recabadas, que "el Charly" podría haber utilizado el Real Avilés para el blanqueo de capitales procedente de la droga. A partir de ahí comenzó la semana horribilis del club. Comenzó por cuestionarse cuál era la relación del actual presidente del Avilés, Diego Baeza, con el patriarca de los gitanos en Baleares. Se removieron cuestiones del pasado relacionadas con la venta del club por parte de José María Tejero, que tenía el 90% de las acciones, quedando el 10% restante en manos de Norte Proyectos Mallorquines, con quienes Baeza dijo haber liquidado, mes a mes, todas las deudas pendientes. Y pese al mal trago de tener que salir al paso desvinculándose de cualquier relación con la trama balear, el que se presentaba como un proceso "injusto" y "doloroso" para el actual presidente del Real Avilés, aún viviría un segundo capítulo que lleva a pensar en aquellos días en que respondían a calor de la afición con un: "Definitivamente estamos locos".

El error de la subasta.

El club, que daba por hecho que la subasta de los terrenos de la ciudad deportiva en Corvera les sonreiría, pues como días antes proclamó el propio Baeza habían presentado varias ofertas –hasta tres– para garantizare que no hubiera interferencias en el proceso, vivió el segundo revés de la semana. Tanto o más contundente del primero, o en el que poco podían hacer más que decir que se habían equivocado. La mesa de contratación dejó desierto el concurso al considerar procedente, por incumplimiento de la ley de contratos del sector público, que un mismo licitador presentara varias ofertas. Lo que en algunos círculos definieron como error de principiante se traduce en que las tres propuestas que había sobre la mesa eran del propio Baeza o de personas vinculadas a sus sociedades, lo que impide dar por válida ninguna de ellas.

"Selfie" y "nueva ilusión".

Con esos dos frentes abiertos todo hacía prever que el compromiso de liquidar la deuda con el Ayuntamiento de Avilés quedaría, de nuevo, pospuesto. Sorprendentemente, y con halagos desde las filas de la oposición avilesina a su gestión en el club, Baeza depositó los 82.000 euros que quedaban pendientes para iniciar las conversaciones con el Ayuntamiento de Avilés para una nueva concesión. Y volvieron las felicitaciones. Los planes. Una "nueva ilusión". Y "una nueva etapa".

En la calle se sigue exigiendo a los gestores del club una mayor claridad sobre las cuentas. Loable el gesto de la plantilla arropando al presidente cuando salió a dar explicaciones sobre la relación societaria con "el Charly". No fue, sin embargo, igual de acertado, el ‘selfie’ del staff directivo ante el Ayuntamiento de Avilés tras pagar la deuda. Estar a la altura de las circunstancias, habida cuenta de lo sucedido a lo largo de esta semana, obliga no solo a estar vigilantes para no repetir errores del pasado sino a demostrar que el movimiento al que aludía Quijote en su conversación con Sancho, se demuestra andando. Quedan por delante semanas para confirmar que, efectivamente, el Avilés puede aspirar a más, dentro y fuera del terreno de juego.

Pero debe imperar el sentido común, que dicen algunos resulta ser el menos común de los sentidos, pues no siempre se es capaz de resolver cómo actuar ante cualquier situación que se nos presenta, sobre todo si es de forma imprevista. El sentido común es conocimiento, mesura, prudencia, habilidad para ponderar, para responder ante una eventualidad o para dar una explicación acerca de algo que ha sucedido.

Es capacidad para razonar y es inteligencia de vida. Que no falte ahora y nunca, entre tanta locura.

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