Opinión | balcón al muelle

Avisos de crisis en tiempos cáoticos

De cómo amortiguar lo negativo, sin negar la asfixia a la industria avilesina y la necesidad de nuevo rumbo artístico

Parece una paradoja pensar que esperar lo inesperado pueda ser el nuevo carpe diem. Pero no lo es si tenemos en cuenta el contexto en el que vivimos, marcado por una especie de crisis permanente que afecta a millones de personas y empresas. La última, esta misma semana en la comarca avilesina.

Avisos de crisis en tiempos cáoticos

Avisos de crisis en tiempos cáoticos / Covadonga Jiménez

Escenarios vinculados, primero a la pandemia, luego al mercado internacional del automóvil y, más tarde, a resultados económicos de cada planta han mantenido en vilo, a lo largo de los últimos años, a los trabajadores de Saint-Gobain. Una semana después de que se anunciara un ERE irreversible para los 160 empleados adscritos a la división de Sekurit, la de vidrio para el automóvil, los afectados continúan "en shock". Si bien era conocida la intención de la empresa, no eludir su carácter de sorpresa ha resultado menos impactante para quienes sufrirán la regulación.

Sorprendió, eso sí, la lectura política en el primer instante de la comunicación hecha pública por la empresa. El presidente del Principado, Adrián Barbón, rogaba el lunes que las noticias negativas no nublaran las perspectivas que se abrían para la comarca con el proyecto de Windar.

En junio de 2022, la dirección de Saint-Gobain anunciaba también que iba a reducir la nómina de su departamento de parabrisas en Avilés. Según su criterio, entonces sobraban en la división de Sekurit 42 personas por la reducción de ventas que causa el deterioro del mercado automovilístico. Los trabajadores de la fábrica de La Maruca convocaron una huelga y la mantuvieron durante veinte días. La dirección optó entonces por renunciar a llevar a cabo la regulación de personal que tenía pensada. Desde entonces, los sindicatos han venido denunciando que se había ido "sangrando" poco a poco el departamento hasta convertirlo en "un talleruco", de tal modo que antes de la regulación anunciada por la empresa esta semana, trabajaban en Sekurit un 11 por ciento menos de personas que antes de la huelga. Y ese "sangrado" del que hablan los sindicatos se produjo, principalmente, por bajas incentivadas (despidos con indemnizaciones acordes), prejubilaciones y, sobremanera, traslados. Lo mismo que ahora se anuncia para algunos de los 160 afectados por el cese total de la actividad en la división de parabrisas.

Y eso llega después de que, a estas alturas de año, en 20023, los resultados contables de la compañía registraban un crecimiento de un 4,7%, al llegar a 12.400 millones de euros en ventas. Sea por razones oganizativas o económicas, de lo que no cabe duda es que la comarca pierde uno de sus activos industriales sin apenas agitación social en estos primeros días.

Defiende Gill Einhorn, responsable de Innovación y Transformación del Centro para la Naturaleza y el Clima en el Foro Económico Mundial, que debemos reconocer la magnitud del riesgo, pero mantener el optimismo de que podemos responder y responderemos de forma que evitemos y mitiguemos los peores riesgos. De acuerdo. Pero nada que ver con pedir que una noticia negativa no nuble las positivas en el horizonte.

Panorama poco despejado se presenta para Avilés también en lo que se refiere a la programación artística vinculada a la iniciativa del Museo Bellas Artes de sacar parte de su colección por todo el territorio asturiano en tanto que finalizan las obras de ampliación de su sede ovetense. La magnífica colección que resume el arte contemporáneo asturiano estos días en el Valey es también ejemplo de cómo en la gestión pública también vence quien da primero. Y Castrillón se ha llevado –con todo merecimiento– la que estaba llamada a ser la gran exposición del Bellas Artes en la ciudad.

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