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Un momento redondo

A Cruyff le cortan las alas en Oviedo

El marcaje de Carrete al holandés en 1973 tuvo una gran repercusión y lanzó la carrera del defensa asturiano

Carrete y Cruyff, durante el Oviedo-Barcelona del 16 de diciembre de 1973. LNE

La escena se repitió varias veces, con el Oviedo y con el Valencia, pero cuando se habla del marcaje de Carrete a Cruyff los aficionados oviedistas vuelven la mirada hacia el 16 de diciembre de 1973. Porque el delantero holandés había revolucionado la liga española desde su debut con el Barcelona, apenas dos meses antes, y nadie parecía capaz de pararlo. Carrete, a esas alturas un prometedor lateral derecho de 22 años, lo consiguió. Apenas tocó el balón, pero tampoco dejó que Cruyff hiciese sus diabluras habituales. El Barça ganó 1-3 y el holandés contribuyó con un gol. "Fue en un córner y no lo marcaba yo", precisa ahora Carrete, muy mejorado de un problema cardíaco. El "león de Cabojal", como sería conocido por su bravura, se convirtió en un héroe del oviedismo y los grandes empezaron a interesarse por él. Pudo ir al Barcelona y finalmente hizo carrera en el Valencia.

José Carrete de Julián (Cabojal, Turón, 5 de abril de 1951) ya llevaba dos temporadas en el Oviedo, una en Segunda y otra en Primera, cuando tuvo que marcharse al servicio militar. Y aunque los futbolistas tenían ciertos privilegios, a Carrete no le quedó más remedio que incorporarse al acuartelamiento de El Aaiun, en el desierto del Sahara. Tuvo que cumplir escrupulosamente con el campamento, por lo que se perdió las ocho primeras jornadas de la Liga 1973-74. A partir de noviembre consiguió permisos esporádicos para jugar los partidos del Oviedo.

El entrenador azul, Sabino Barinaga, contaba con él para marcar a Johan Cruyff, "El holandés volador", que había revolucionado la liga española con su millonario fichaje y había permitido al Barcelona dar un importante salto de calidad. En los cinco partidos anteriores a su visita al Tartiere, el Barça había marcado 17 goles en una época marcada por el "catenaccio". En aquel tiempo a nadie le extrañaban marcajes individuales como el que Barinaga le encargó a Carrete. "Llegué el sábado a Oviedo y al día siguiente fui titular", apunta el exfutbolista.

Carrete recuerda muy bien los pormenores: "En el entrenamiento, Barinaga me preguntó que a quien me gustaría marcar del Barcelona. Y, por supuesto, le dije que a Johan Cruyff". Se lo tomó con un reto porque "Cruyff ya venía como el mejor jugador del mundo. Y a mí también me lo parecía por su calidad, el control del balón en carrera, el cambio de ritmo". El defensa oviedista se mentalizó de que no iba a "jugar" aquel partido, pero Cruyff tampoco: "Me preocupé por estar cerca de él en todas las zonas del campo. Sólo le dejaba en los córners, que se encargaba Tensi".

En uno de ellos, a los 31 minutos, Cruyff lograba el 0-2 para el Barcelona, que se había adelantado en el 22 gracias a su otra estrella extranjera, el peruano Cholo Sotil. Enrique Galán acortó distancias antes del descanso y el partido no se resolvió hasta el minuto 74, con un gol de Rexach. El Barça se marchó con el 1-3, pero al día siguiente todo el mundo hablaba del marcaje de Carrete:_"Me salió bien y la prensa nacional me señaló como el mejor del partido. El mismo Cruyff reconoció que nadie le había marcado tan bien y sin pegar una patada".

La clave, según Carrete, fue la anticipación: "No me achiqué. Estuve siempre cerca de él. Cada vez que me anticipaba, el Tartiere rugía. Cruyff tenía que estar fastidiado porque no le salían las cosas como quería, pero no me dijo nada, ni durante el partido ni después. Estuvo correctísimo. Años después me lo encontré y me dijo que era muy pesado y lo difícil que le resultaba escapar de mí".

El nombre de Carrete empezó a sonar entre los grandes, pero siguió tres temporadas más en el Oviedo. Su momento llegó tras la 1975-76, coincidiendo con un descenso que marcaría el declive del club azul durante muchos años. Tres directivos del Barça negociaron el fichaje en Oviedo y Carrete llegó a viajar a Barcelona y hacerse fotos en el Camp Nou. "Pero al final se volvieron atrás y ficharon a otro lateral, Ramos", apunta Carrete, que no tardó en encontrar acomodo en el Valencia.

El presidente del Barcelona, Josep Lluis Núñez, le confesaría tiempo después, tras otro marcaje con el sello de la casa, su arrepentimiento:_"En un Valencia-Barcelona, en 1982, el entrenador me dijo: "Usted se encargará de Maradona y vamos a jugar diez contra diez". No le dejé moverse, ganamos 2-1 y el público de Mestalla me ovacionó. Mucha gente me felicitó y al final, cuando salía del campo, Núñez se me acercó y, medio llorando, me dio la mano y me dijo lo mucho que se arrepentía por no haberme fichado".

Once Carretes

El marcaje de Carrete a Cruyff fue tan comentado que mereció una cobertura especial por parte de LA NUEVA ESPAÑA. En una página titulada "!Si hubiera once Carretes!", ilustrada con la fotografía que reproducimos arriba, califica como "destacadísima" la actuación del defensa, "hasta el punto de conseguir anular al fenómeno holandés, que tuvo que conformarse con dejar constancia de su clase en esporádicas jugadas, resultando casi siempre superado por el genio, el ímpetu y la velocidad de un Carrete sensacional. El resultado está ahí y es inamovible, pero convendría no echar en saco roto la lección de Carrete, que derrochó coraje y pundonor a raudales... Hubieran sido suficientes cuatro o cinco Carretes para poner nerviosos a los jugadores azulgranas".

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