Se parte del centro de la villa de Posada en dirección Sur, por la carretera AS-115 hasta Turanzas, donde un poco más allá del desvío para unas Casa Rurales, se toma un ramal también a la izquierda, para ponernos rumbo Este, por medio de un amplio camino que enlaza con el trazado del GR del Camino de Covadonga, GR-105.2 que pasa por encima de la Roza, y nos permite pegarnos a la ladera del Sierro de Llabres.
Un camino amplio que nos mete en Lledías, para meternos de lleno en los predios de las Mañangas de Porrúa, tomando la senda que persiste en seguir al Este desde el Carrozu hacia la Laguna de la Marea. Este es un trazado de sendas estrechas, unos 5 km de longitud, y que hace las delicias del amplio grupo hoy reunido, pues a los tramos estrechos se unen los charcos y los diferentes vados que tendremos que cruzar como es el Arroyo de la Bola, el cual iremos entrelazando en nuestro rodar por estos singulares predios denominados Las Mañangas.
Seguimos rodando por estos concluyendo ante el cruce que nos llevaría por la izquierda directamente hasta Porrúa, pero nuestro itinerario se va por el ramal que queda a la derecha, el cual sigue la riega de la Bola hasta la fuente Garandiella para concluir ante la carretera LL-7 que baja del Alto de la Tornería.
Se prosigue por el ramal descendente, y como al kilómetro se continua por un carretil que pasa por entre la Sal de la Mesa y Pontigas, para colocarnos en el Collado del Acebo y poder entrar al centro del núcleo de Porrúa, donde s toma otro singular camino llamado de la Cólera de las Cruces y por las Atazadas volver a la LL-7, que vuelve a para entra en Llanes por el Sur de Pancar, siguiendo la reguera Carrocera, a cuyo sen se abre una senda fluvial que nos permitirá llegar hasta la Ermita de los Altares, parte de lo que fue la hacienda de D. Pedro de Inguianzo y Porres, fue diputado a Cortes y Senador del Reino, el cual levantó a partir de 1860 este gran palacio,. A los restos de esta mansión se llega por la ya citada LL-7, la cual dejamos para continuar por la senda fluvial de nuevo entramos en el centro de la villa de Llanes y capital del Concejo.
Se cruza la villa para acercarnos a la iglesia de Santa Maria y poder ver la única huella templaria pétrea que tenemos en Asturias, un templario que abre su capa y nos enseña la famosa TAU. Impresionante y todo en una iglesia llanisca.
De Llanes se sale por su famoso Paseo de San Pedro para buscar las marcas jacobitas al pie de la famosa y fallida urbanización de La Talá para entrar en Póo de Llanes por La Collada y dirigirnos hacia su famosa playa, a mar baja aprovecharemos mos para rodar por el arenal cruzando el pequeño brazo fluvial de la riega Vallina y su entronque con el mar, para colocarnos en la otra orilla de la ría de Póo y así enfilar por su rasa costera, camino adelante hacia los restos de la Ermita de San Martín, y siguiendo la marcas amarillas del Camino de Santiago, pasamos por delante del Monasterio de San Salvador para cruzar una vez más el arenal de Celorio, saliendo por la playa de la Palombina hacia Barro.Tramos semiurbanos que nos permiten alcanzar Barro y el área desde el que todo el mundo admira la iglesia de Nimebro, que no su cementerio, que está de espaldas a la ría de Barro, y lo bello del reflejo es un conjunto en el cual destaca la iglesia.
Ahora el destino es llegar a la playa de Torinbia, a la cual entramos rodeando el promontorio del Castillo hasta desembocar en el arenal, que bien se puede o cruzar el arenal a mar baja o subir a coger la pista de la Riega del Carbón y seguir rumbo Oeste para dejarnos caer en una rápida bajada hasta las inmediaciones del Monasterio de San Antolín de Bedón.
En San Antolín se sigue hacia el Oeste hacia el núcleo de San Antolín de Naves, bordeando el promontorio del Llano de Santana, al cual finalmente hay que subir siguiendo la pista que se abre a la par dela riega de la Romeca, que dejamos cruzándola para subir por Piquín hacia el Llano del Espino ya en rumbo Sur
Se continua por el cumbral hacia La Vallina, donde se vira y se toma un franco descenso, un tanto técnico y peligroso, hasta desembocar en la aldea de San Martin, desde cuyo acceso rodado cruzando el río Las Cabras se entra de nuevo en Posada de Llanes los barrios de La Espina y Vega de Palacio.
