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Grado y valles del Trubia

Vida para La Habana de Proaza

Jóvenes scouts participan junto a miembros del FAPAS en una jornada de plantación de árboles en una finca de Serandi

Vida para La Habana de Proaza

Serandi (Proaza),

Mónica G. SALAS

La llaman la pequeña Habana de Proaza, pero ayer el sol no acompañó mucho a los más de 40 jóvenes procedentes de Scouts d'Asturies- MSC que participaron, en colaboración con el Fondo para la Protección de Animales Salvajes (FAPAS), en una jornada de sensibilización que incluyó la plantación de árboles en la localidad de Serandi, dentro del programa «+Osos -CO2».

«Con esta campaña lo que pretendemos es compensar las emisiones de CO2 mediante la plantación de árboles en diversas zonas oseras de la geografía asturiana», explica Clara Casanova, del FAPAS. Así, además de contribuir al cuidado de la naturaleza, se producen frutos, que sirven como alimento a la fauna animal y en especial al oso. En concreto, ayer en Serandi se plantaron un total de 180 árboles de diferentes especies, entre ellas el cerezo, el castaño, el abedul, el haya y el serbal de cazadores. «Se prevé que cuando estos árboles lleguen a su madurez generen anualmente 3.600 kilos de fruta y retiren de la atmósfera 6,3 toneladas de dióxido de carbono», manifiesta Casanova.

Asimismo, ayer, en la finca de Serandi, cedida por el vecino José Manuel Norniella, se colocaron varias colmenas mediante la creación de un cercado perimetral con malla y postes. «Queremos que las colmenas, ahora en disminución, vuelvan al campo y que sirvan para polinizar el ambiente», apunta Luis García, otro miembro del FAPAS.

Durante la jornada, los voluntarios de la asociación informaron también a los jóvenes sobre los proyectos de conservación que actualmente está llevando a cabo FAPAS en zonas como El Valledor, arrasado por un incendio hace más de un año, además de explicar cómo debían plantarse los árboles. Así, aparte de cavar y colocar las especies correctamente, los jóvenes instalaron unos tubos sobre los árboles para permitir su adecuado crecimiento y protegerlos de los animales salvajes.

Con todo ello, los scouts, de entre 14 y 17 años, disfrutaron ayer de un día de naturaleza, fomentando la creación de un bosque que ya lleva su nombre: «Bosque de los Scouts d'Asturies-MSC». «Nos lo estamos pasando muy bien», confesaban Andrea Peláez y Carlos González mientras cavaban. En plena faena estaban también David Rodríguez y Carlos Pérez: «Este tipo de actividades están muy bien», opinan. La jornada concluyó con la realización de la Ruta del Urogallo, en el concejo de Teverga.

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