El circo de los títeres divierte a Candás

A Candás llegó ayer un circo. O mejor dicho, dos. Uno con carpa de color azul y otro, roja, pero ambos con el mismo propósito de entretener al público. Algo que consiguieron, pero eso sí, juntos y bajo una misma carpa: la de los dos colores, como así se llamó el espectáculo que el grupo de guiñoleros UAS (Universidad Autónoma de Sinaloa) de México exhibió ayer sobre las tablas del Teatro Prendes en el III Festival Internacional de Títeres, patrocinado por LA NUEVA ESPAÑA. Con un total de ocho marionetas -de guante, hilos y actores-, Fernando Mejía y Juan Carlos Rochín consiguieron llenar la sala de sonrisas, carcajadas y aplausos. Justamente lo que estos dos titiriteros mexicanos buscan en cada actuación. «Nosotros ponemos un tono, pero del tono con el que responda el público va a depender que consigamos producir una buena sinfonía o no», explican.

Mejía y Rochín forman parte de una nueva generación de titiriteros de México, en la que las nuevas tecnologías y más aún, la formación académica pisa cada vez más fuerte. «Antes se solía mezclar el teatro con los títeres. Ahora ya se separan, porque, en realidad, los títeres son un postgrado del teatro y todos los que nos dedicamos a ello tenemos, además, una formación. Ya ha dejado de ser una profesión heredada en las familias», comenta Mejía, que define su espectáculo como «enérgico, muy vivo y mexicano».

Con «La carpa de los dos colores» se puso ayer punto y final al Festival de Títeres, que constituye el «plato de sopitas con especies del mundo» del completo menú de verano que ofrece el Prendes a sus «comensales». Lo próximo será el Festival de teatro de calle, a partir del lunes, a las 20 horas.