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Siero y Noreña

La miniatura más grande de Siero

Jorge Fernández, que construye réplicas en piedra de monumentos asturianos, prepara la reproducción de la basílica de Covadonga

La miniatura más grande de SieroFranco Torre

Todo empezó con un regalo. Era una réplica prefabricada de Santa María del Naranco en piedra. Una especie de puzzle tridimensional que se debía montar siguiendo un patrón. Cuando recibió el regalo, hace ya cuatro años, el sierense Jorge Fernández Valduvieco no podía imaginar que la construcción de maquetas de edificios a escala se convertiría en su gran afición, ni que la llevaría al extremo de construir él mismo los materiales con los que trabaja.

Tras aquella primera maqueta, Valduvieco se embarcó en la realización de otra réplica de un edificio antiguo. Se trataba de la iglesia de San Juan de Berbío, en Piloña. "Es la iglesia del pueblo de mi mujer y la hemos visitados muchas veces. Me apetecía hacerla por ella, así que me puse manos a la obra", explica el sierense.

Ante la ausencia de un modelo en el que basarse, Valduvieco desarrolló un método de trabajo propio. Sacó infinidad de fotografías a la obra original, y en base a esas imágenes planificó la maqueta, calculando también la escala. "Soy muy malo con eso de las medidas, así que lo hago todo con fotografías, calculando un módulo y tratando de ajustar las proporciones originales a la réplica", explica Valduvieco.

A fin de lograr un aspecto lo más cercano posible al edificio real, el sierense eligió con cuidado los diferentes tipos de piedra a emplear, y replicó hasta el último detalle del edificio. "Me llevó unos once meses completar la maqueta, aunque no lo cogía todos los días y paré en las vacaciones", explica.

Valduvieco tiene esa maqueta expuesta en la tienda de electrodomésticos que regenta en El Berrón, donde la pieza llama la atención de los clientes. Pero en la trastienda, el sierense ha comenzado a trabajar en una obra mucho más ambiciosa: una réplica de la basílica de Covadonga, que comenzó hace ocho meses y en la que calcula que empleará bastante más tiempo que en la maqueta de la iglesia de San Juan de Berbío.

"La estoy haciendo a una escala mayor, pero además quiero que sea desmontable y estoy trabajando también el interior, algo que no hice con la otra", explica Valduvieco. Su obsesión por replicar hasta el último detalle de la basílica le ha llevado a una intensa búsqueda de los materiales más adecuados para simular la piedra original. Una búsqueda que curiosamente terminó en Noreña, donde finalmente encontró un material de un cromatismo similar.

"El color de la piedra de la basílica es muy particular y no acababa de encontrar nada que se le pareciera. Tras preguntar en un montón de sitios encontré un comercio de Noreña que tenía una remesa que le habían devuelto de un color que me encajaba bien. Me dejaron una muestra para ver si se podía trabajar, y después les compré varias placas", explica Valduvieco.

Y es que el sierense fabrica él mismo todos los materiales, desde las pequeñas piedras hasta las tejas, muy delicadas de hacer. Pero además, para su réplica de la basílica quiere hacer también las vidrieras: "Ya estoy haciendo pruebas con un tipo de cristal, a ver si se puede cortar limpiamente y coge bien el color de la pintura", explica.

Tras ocho meses de trabajo, ya tiene perfilada la estructura interior de la basílica, aunque calcula al menos otro año para completar su obra magna. "Lo más importante es la paciencia. Hace 20 años no hubiera podido hacer ésto, porque no la tenía. Pero ahora sí", concluye.

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