La Ejecutiva de la Comisión de Urbanismo y Ordenación del Territorio del Principado de Asturias (CUOTA) aprobó ayer el texto refundido del Plan General de Ordenación y el Catálogo Urbanístico de Carreño, que entran en vigor hoy. Contra ellos solo cabe ya interponer un recurso administrativo por vía judicial, para lo cual se abre, también hoy, un plazo de dos meses.

El texto final del plan urbano incorpora las nuevas características de edificabilidad del barrio candasín de El Llagarón, donde predominan los chalés y adosados, y donde se podrá construir más en menos terreno. Afecta a los suelos edificables de las calles candasinas Botánico Valdés, Lloreda y Escultor Antón, donde se podrán construir dos casas por parcela, en lugar de una, como figuraba en el plan urbano inicial aprobado hace dos años. También se permitirá construir un adosado, en lugar de exclusivamente una vivienda unifamiliar, como obligaba la norma anterior.

La medida ha sido muy polémica, puesto que se trata de una edificabilidad similar a la que se ha reclamado en la fase de alegaciones para otras parroquias del concejo, como Perlora. Tanto esta como Carrió han sido incorporadas al texto refundido, tras haber sido excluidias en el plan inicial.

Además, la CUOTA aprobó ayer el catálogo urbanístico de Carreño, que sustituye al anterior, de 1993, y en el que los edificios y otros elementos protegidos en el concejo pasan de 96 a 1.126, principalmente gracias a la inclusión de 636 hórreos que antes no figuraban. Asimismo, numerosas casas de Candás, situadas más allá del radio que forman la plaza de la Baragaña y la iglesia, fuera del casco antiguo, están incluidas en el nuevo catalogo.

En cuanto a los elementos arquitectónicos de más valor del concejo, figuran, y por lo tanto no podrán ser alterados, las torres medievales de Huerno, en Ambás, La Torre, en Prendes, y la de Yabio, en Perlora.

Se incluyen también en el catálogo casas de gran valor, como la del Marqués, en Calera (Albandi); la casa Clarín, en La Rebollada, y la casona de los González Villar, en Guimarán; las casas de Busto Valdés y de indianos en Logrezana; las casas de los Muñiz y los Polledo, en Perlora, y el palacio de los Díaz Caneja, en El Valle.

Por otra parte, destaca la especial protección que tendrá el amplio patrimonio histórico industrial del concejo, con particular importancia en el casco urbano de Candás, donde no podrán alterarse las fachadas de las fábricas de conserva de Ortiz y Albo. El patrimonio etnográfico, con sus 636 hórreos y paneras, siete molinos y otros 51 elementos singulares, ha sido, no obstante, el gran impulsor del nuevo catálogo.

Los elementos protegidos

Patrimonio arquitectónico

Principalmente viviendas; también edificios religiosos y cementerios. Total: 305.

Patrimonio etnográfico

Hórreos y paneras, mayoritariamente, junto con molinos y otros elementos singulares. Total: 694.

Patrimonio natural

Conjuntos de árboles, parques y jardines. Total: 71.

Patrimonio industrial

Se recogen diversos elementos singulares, entre ellos las fachadas de las fábricas conserveras de Albo y Ortiz. Total: 23.

Yacimientos arqueológicos

Abundan los restos de torres medievales. Total: 32.

Un catálogo multiplicado

El nuevo csatálogo recoge 1.126 elementos protegidos, frente a los 96 del año 1993.