Las escuelas comenzaron a extenderse a principios del siglo pasado por todo el municipio de Llanera y la educación dio un salto importante. El historiador y concejal de Cultura, Alfredo Rodríguez, protagonizó en Posada una ponencia sobre "Escuelas y maestros en Llanera 1900-1936", invitado por la asociación "Voces y bocetos", en la que analizó el inicio de esta educación.
Aunque fue este periodo cuando comenzaron a extenderse las escuelas, éstas datan de unos años antes. La mención más antigua a un maestro fue en 1851. En un documento se cita a José Modesto Azurmendi, maestro en Villardeveyo, y la primera mención registrada de una escuela data de 1868, en un texto que acredita que una obra pía se encargaba de mantener las escuelas públicas de Ferroñes.
"La costumbre era que las clases se dieran en los atrios y los pórticos de las iglesias; hasta los años veinte del siglo XX no se empiezan a construir edificios pensados exclusivamente como escuelas", explicó.
Había, asimismo, varios modelos educativos: el de las escuelas nacionales, los maestros que daban clase en sus casas, y la escuela de la fábrica de explosivos de Cayés, que era sin duda la más avanzada. En cualquier caso, la alfabetización dio un gran salto cuantitativo en ese primer tercio del siglo XX. En el año 1920, el índice de analfabetismo estaba en el 43,08 por ciento, y una década más tarde, en 1930, había descendido hasta el 21,28 por ciento. En 1931 se registraba una media de 100 alumnos por escuela.
Lo que más ha trascendido, porque aparece reflejado en numerosos documentos de entonces, son las malas condiciones de los maestros, que tenían sueldos escasos y problemas con los alquileres de las viviendas que utilizaban. Asimismo, se daban habitualmente problemas por las malas condiciones de los edificios. "Había algunas, incluso, que estaban sin ventanas", aseguró Alfredo Rodríguez.
