La Pola se traslada a Tierra Santa

Desde ayer, y hasta el 15 de enero, se puede visitar el símbolo de la Navidad de Pola de Siero: el belén de la residencia de ancianos Nuestra Señora de Covadonga, popularmente conocida como el asilo. Sorprende porque no es un nacimiento al uso. "Es como una maqueta de Tierra Santa, con las cuatro provincias: Judea, Samaria, Galilea y Perea", explica la hermana Asunción González. Se encarga, junto con sor Josefa Álvarez y Ana María García, de divulgar y mantener el legado en el que tanto trabajó Belarmino García Roza, quien fue durante años el capellán. Recuerdan que era tal su afición que se pasaba las noches enteras montando este espectacular belén y tenían que ir a buscarlo para que fuera a dar la misa. La intención es automatizar la instalación eléctrica en 2017.

El naveto Fermín Sastre aprovechó que acudió a visitar a sus padres para echar un vistazo al nacimiento, pero tiene previsto regresar el sábado con su hijo. "Es una preciosidad, no le falta detalle y las figuras están muy integradas en el espacio", destacó. Y cierto es que se necesita atención para no perderse detalles. No sólo se escenifica la Natividad, se recogen varios pasajes bíblicos a través de los que se relata la vida de Jesús, según la tradición cristiana. Por ejemplo, en el Portal están los cinco misterios del nacimiento: la Anunciación, la Visitación de la Virgen, el Alumbramiento, la Presentación y Jesús perdido y hallado en el templo, explica sor Asunción. Si uno se fija también puede ver la huida a Egipto, el momento en el que Cristo pide "dejad que los niños se acerquen a mí", su bautismo, las tentaciones del demonio en el desierto o la matanza de los niños inocentes. Son sólo unos ejemplos que se suman a lugares emblemáticos, como la casa de Lázaro, la de José, donde Jesús dio sus primeros pasos, o la primera iglesia, la de San Pedro.

Raúl, Víctor y Cecilia García y Arelis Dorante son fieles a la tradición cada año. Destacan el "movimiento" del montaje y que es "muy realista". Las hermanas María José y Cristina Suárez, de Avilés, también lo visitaron ayer. A la última, que no lo conocía, le sorprendió: "Me gustó mucho". Al igual que a Diana Muñiz, de Oviedo, que repite en cada Navidad porque "es precioso y tiene un montaje espectacular. Todos los años descubres algo nuevo". Igual de entusiasmadas estaban sus hijas Carmen y Julia Justel y su sobrina María Rodríguez.