Belén autóctono en Feleches

Al belén de José Eduardo García Villa no le falta detalle. Uno de sus atractivos es la originalidad por su asturianía. "Es una estampa asturiana que está viviendo el momento presente del nacimiento de Jesús", explica este belenista de Valdesoto (Siero) afincado en Feleches, donde tiene su obra en la que fue la cuadra.

La creatividad de García es grande porque si el de su casa tiene sello asturiano, el que ha colocado en la iglesia de Feleches es hebreo. También expone uno en la plaza cubierta de la Pola y otro en la peluquería José Ángel de la localidad. Su buen hacer, minuciosidad y perfección le han llevado a ganar en tres ocasiones el concurso de belenes de Siero y en dos logró un nada desdeñable segundo puesto. "No conozco ningún belén feo", apunta. Da como consejo fundamental que las figuras sean acordes a las construcciones y reconoce que lograr una buena perspectiva en la composición es otro elemento básico. Detalles como el río con agua real suelen dar la lata a la hora de evitar fugas, pero hasta que se da con el tranquillo. José Eduardo García es de los que espera hasta Navidad para colocar al niño Jesús. Como manda la tradición, no lo retira hasta febrero, cuando pasa San Blas.

Este belenista es el artífice de cada una de las construcciones que componen este belén tan asturiano, que completa con la ambientación de los villancicos -también asturianos- de Vicente y Laura Díaz. Entre las casas, inspiradas en la arquitectura regional del Occidente y del Centro-Oriente, se cuelan varios hórreos, en los que cuida detalles como las riestras de maíz colgando o un angazu apoyado en uno de los pegollos.

No necesita estupendas figuras, obra de reconocidos maestros, las suyas, aunque más sencillas, se integran perfectamente en el que podría ser cualquier pueblo asturiano. Así que ha incorporado la colección que entregó LA NUEVA ESPAÑA. Junto a uno de los hórreos de José Eduardo García hay estampas tan típicas como un hombre con traje regional echando un culete de sidra y a su lado, otro tocando la gaita.

Tampoco faltan escenas cotidianas como varas de hierba y vacas pastando. Hay un molino de agua en el que se muele el maíz, cargando los sacos en carretilla. José Eduardo García ha logrado con gran acierto reproducir el paisaje montañoso del Principado y en lo alto, un pequeño pueblín nevado. En esta estampa navideña se suceden el día y la noche, y cuando ésta cae se encienden las luces de las farolas y de las casas. Tampoco falta un gran castillo.

"Ya ponía el belén de crío. Empecé en Valdesoto, ayudando a los seminaristas que lo ponían en la iglesia, y desde que estoy en Feleches, desde 1971, nunca faltó", apunta. La clave es "tener mucha ilusión y que te guste".