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El cronista de Siero pide protección y mejoras para el casco antiguo de la Pola

"Puede que sea el peor conservado de Asturias", advierte Domínguez ante el deterioro de los edificios

El cronista de Siero pide protección y mejoras para el casco antiguo de la Pola MARIOLA MENÉNDEZ

El cronista oficial de Siero, Juan José Domínguez, pide protección para el casco antiguo de la Pola, "que puede ser el peor conservado que hay en Asturias", lamenta. A su demanda se suma Marisalva Prieto, estudiosa de la historia local, que ha puesto en marcha una investigación con la intención de completar su trabajo y "demostrar que puede ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad", reconocido por la Unesco. "Ésa es mi lucha: delimitarlo y centrarlo", afirma Prieto.

No es la primera vez que lanzan la voz de alarma para denunciar el estado lamentable que presenta el que fue el germen de la actual Pola de Siero. Insisten para que no siga deteriorándose. Se suceden los edificios abandonados, muchos en venta, y solares tomados por la maleza. Las pintadas urbanas se apoderan de paredes que atesoran mucha historia.

"La primera barrabasada fue consentir el edificio que está frente al Ayuntamiento, que fue el primero que tuvo ascensor", apunta el cronista, que no oculta que entonces su padre, Leandro Domínguez, era alcalde. "Fue el inicio del paso de pueblo a villa y se permitieron edificios de más altura", explica Domínguez. Defiende que el casco antiguo de la Pola debería tener "muchísima más protección" y reclama más ayudas para el mantenimiento de los inmuebles, pues son cuestiones fundamentales para "tratar de proteger el patrimonio".

Marisalva Prieto maneja documentación que le permite delimitar "cuál era el lugar auténtico de la puebla" y sus límites. Esgrime que quedaron delimitados por el rey Alfonso X El Sabio y fue casi seguro Pérez Daor quien definió estos contornos. Insiste: "el objetivo es proteger el caso antiguo". Prieto también puede constatar que el antiguo camino a la villa por el oeste era a través de las calles Convento y Soledad.

Lamenta que en varios estudios se omitiera el río de los Penitentes, clave en la formación de aquella Pola inicial, pues se gestó en su entorno. Juan José Domínguez agrega que "se vivía, lavaban la ropa y todo allí". Marisalva añade que "las plazas de la Pola están hechas sobre los meandros del río", que con posterioridad fue cubierto.

Destaca también la importancia de la localidad en el Camino de Santiago y resalta que en época de Alfonso X fue reconocida como lugar de alberguería. Otro dato interesante en el núcleo fundacional de la Pola fue que la antigua iglesia se ubicaba en la calle Celleruelo y no en la plaza de Argüelles. Defiende que, además, hubo fortaleza.

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