En Siero hay censados 8.423 perros, de los que 345 son de razas potencialmente peligrosas, según los datos que maneja el Colegio de Veterinarios de Asturias. Son las cifras que maneja el presidente del colectivo, Armando Solís, y que le llevan a concluir que el reciente ataque de un bóxer a una niña en La Fresneda "es un caso aislado muy difícil de evitar". "En Siero, de los más de 8.000 perros censados y con microchip, que uno tenga un comportamiento extraño es una probabilidad muy pequeña", destaca.

Solís da algunos consejos para tratar de evitar que estos ataques se repitan. Insiste en que los canes, por ley, han de estar identificados y "tienen que pasearse con correa". Si son de razas potencialmente peligrosas han de llevar bozal, como obliga la normativa.

"Lo que es importante es que haya parques para perros", apunta Solís. Eso sí, han de ser "parques cerrados, donde se pueda soltar a los animales y que jueguen. Puede entrar el dueño también y están controlados". Reitera que han de ser recintos amplios y especiales para que los animales puedan correr, saltar o jugar entre ellos. Es importante que estén "cerrados" y que el acceso esté controlado por una doble puerta para garantizar la seguridad. Una vez fuera, matiza, han de ir siempre atados.

En referencia al ataque de La Fresneda, al veterinario le sorprende que "el bóxer tiene fama de bonachón, cariñoso con los niños y muy familiar, y en este caso es una perra, que generalmente son menos agresivas que los machos", por lo que, a su juicio, "no se daban las circunstancias" que hicieran desconfiar.

No obstante, Armando Solís apunta que el dueño del animal es quien tiene que estar alerta de si tiene tendencias agresivas, como varios vecinos de La Fresneda apuntaron que el can que atacó a la niña había tenido previamente hacia otros perros. En estos casos, "tiene que verlo el dueño, que ha de pedir consejo al veterinario para que le pueda orientar", pues si muestra esas tendencias agresivas hay que tener un mayor control sobre el animal.

No obstante, Solís indica que estos comportamientos impredecibles de los animales los tienen también las personas. "Los tenemos integrados en las familias, los cuidamos y les prestamos atención veterinaria de primera calidad, igual que hacemos como las personas", apunta Armando Solís.

La niña de 10 años de La Fresneda a la que hace una semana un bóxer le propinó 26 dentelladas se recupera en casa, después de que el miércoles recibiera el alta hospitalaria. Tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. La cría estaba jugando con sus amigas en una zona próxima al parque canino y de repente el perro, que iba suelto, la atacó.