La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El colegio de Pravia urge a renovar las ventanas y la cubierta del polideportivo

El tejado de la pista "está muy deteriorado", subraya el director, que agradece las obras en marcha para dotar al centro de mayor accesibilidad

El director del centro, Fernando Blanco, muestra los trabajos de construcción del ascensor ejecutados por la Consejería de Educación a la edil de Obras del Ayuntamiento, Sonia Álvarez. S. ARIAS

El colegio público Santa Eulalia de Mérida, de Pravia, se pone a punto. Han comenzado los trabajos para dotar al centro de una entrada y movilidad con un ascensor, así como se adaptará un baño de la primera planta y se construirá una escalera de emergencias en una de las fachadas del centro. Se trata de unas obras muy demandadas por la comunidad educativa si bien, las instalaciones aún tienen necesidades. El director, Fernando Blanco, señala que urge cambiar la cubierta del polideportivo por donde se cuelan humedades, así como requieren la sustitución de las ventanas.

"El tejado del polideportivo está muy deteriorado, hay goteras y las humedades bajan por las paredes; además, la cubierta es de uralita y está recomendado que se cambie", avanza Blanco. También tienen la intención de solicitar al Principado la renovación de las ventanas de madera porque, tal y como detalla, el cierre hermético ya no funciona y el frío se cuela en las aulas. "Entendemos que es una inversión importante y se hará por fases, pero tienen más de cuarenta años y exigen una renovación", añade.

Por otro lado, el colegio también solicitará mejorar la acústica del salón de actos y el comedor "porque aunque los niños no levanten la voz, se superan los decibelios recomendables".

Así las cosas, y por el momento, el colegio está centrado en las actuales obras de accesibilidad, con una inversión de la consejería de Educación de 89.100 euros. Unas mejoras que han sido demandadas en los últimos 15 años y que han contado con el respaldo de la dirección, la asociación de madres y padres (Ampa) y el Ayuntamiento. "Por fin cubrimos esa carencia en el centro de referencia de la comarca, la accesibilidad, porque cuando hemos tenido alumnos con discapacidad o con una pierna rota hemos tenido que bajar la clase a la planta baja para que puedan acceder y donde ya hay un baño adaptado", explica Blanco.

Para no alterar la rutina diaria del alumnado, las labores de demolición para construir el ascensor se ejecutan por las tardes y todo el área está acotada con vallas altas. Además, pronto estrenarán un aparcamiento para bicicletas que pone a disposición de los pequeños el Ampa y ya disfrutan las obras de mejora ejecutadas por el Consistorio el pasado verano, donde se adaptó un escalón y se construyeron rampas de madera portátiles, con material adherente, para colocar en aquellas zonas del centro donde no haya accesibilidad.

Compartir el artículo

stats