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Los libros suenan bien en Candás

Alumnos de la Escuela de Música participan en un proyecto que combina melodías y fragmentos de obras literarias para potenciar lectura y expresividad

Los libros suenan bien en Candás

La música y la lectura son dos disciplinas que pueden combinar bien y eso es lo que han explorado desde la Escuela de Música Miguel Barrosa de Carreño. La escuela impulsó un novedoso proyecto que caló hondo sobre todo en los más pequeños y a través del que cada alumno eligió un libro de su biblioteca personal, escogió un fragmento, pensó una música acorde dentro de su conocimiento y se grabó en el aula recitando el fragmento del libro y tocando la melodía seleccionada. Una vez recopiladas las 42 grabaciones que se realizaron, se imprimieron carteles y se colgaron por Candás con un código QR que dirige a un sitio web en el que se pueden escuchar todas las obras, uniéndose así también a la música y la lectura la tecnología como canal conductor de la experiencia.

Obras clásicas de Espronceda o Miguel Hernández, contemporáneas como la saga de Harry Potter o menos conocidas pero elegidas con cariño por vínculos familiares, se unieron con melodías de Bach, sonidos de la gaita asturiana o con el potente rock del grupo “Sabandijas”, formado por cuatro niños de siete años. Una mezcla aparentemente difícil de combinar, pero que forma la esencia del proyecto impulsado desde la Escuela de Música de Carreño, bajo el nombre “¿A qué suenan los libros?”.

Emociones

El proyecto se desarrolla con varios objetivos claros. Uno de ellos, fomentar la expresión artística, como explica Begoña Vázquez, jefa de estudios de la escuela: “La lectura tiene mucho que ver con la música porque ambas disciplinas son un medio de expresión y un idioma. Buscamos vincular la expresión y las emociones de la lectura con la música y que encuentren esa relación”.

Algunas elecciones fueron las de Adriana Pose, que acompañó “El libro de la selva” con su clarinete, Elena Sánchez optó por unir a “El Principito” desde el piano con una canción de Bach y Lucas González barrió para casa y escogió “La abuela vihuela”, que escribió su madre Noemí González, también profesora de la escuela. En el caso de Nel, Luis, Ángel y Martín, que se agrupan bajo el nombre de “Sabandijas”, adaptaron sus habituales melodías de rock a los versos de Espronceda.

El proyecto, que se ha llevado a cabo por primera vez ha tenido una gran aceptación en el centro.

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