Fernando Beltrán recibe el título de hijo adoptivo de Grado por el Aula de las Metáforas: "La poesía es un arte de supervivencia. No sé si salva el mundo, pero salva sus alas"

"Ha sido hermosísimo, muy emotivo y entrañable". El poeta Fernando Beltrán (Oviedo, 1956) apenas podía contener la emoción al final del acto celebrado a mediodía de este sábado en capilla de Los Dolores en el que recibió el título de hijo adoptivo de Grado de manos de la concejala de Cultura, Elsa Suárez. Y eso que aún desconocía la sorpresa que le tenían preparada los vecinos del que ya es oficialmente su pueblo para una fecha tan señalada: un banco en forma de libro abierto ubicado en la plaza Eliseo Nicolás, al lado de la Casa de Cultura, en el que figura inscrita "Ciudad de paso", una de las obras que forman parte del poemario "Hotel vivir", publicado por Beltrán en 2015. Fue el mejor de los broches a una mañana vibrante y en la que el impulsor del Aula de las Metáforas estuvo arropado por numerosos amigos, entre ellos la consejera de Cultura, Berta Piñán, quien, además de su labor literaria, ensalzó la "lealtad, bondad y generosidad" del homenajeado, "La poesía es un arte de supervivencia. No sé si salva el mundo, pero salva sus alas", afirmó Beltrán durante el bello discurso con el que agradeció el galardón.

El coordinador del área municipal de Cultura y cronista oficial de Grado, Gustavo Adolfo Fernández, abrió la ceremonia recordando cómo hace veinte años, siendo bibliotecario, recibió una llamada de Beltrán, al que entonces solo conocía como autor, para comentarle el proyecto que tenía para Grado, la tierra natal de su padre. Se trataba de la creación de una biblioteca especializada en poesía a partir de la donación al Ayuntamiento de su propia colección de libros. De ahí surgió el Aula de las Metáforas, compuesta en la actualidad por 8.500 volúmenes. "Aquel fue un regalo de un valor incalculable", subrayó Fernández sobre una iniciativa que, dos décadas después, le ha valido a Beltrán el título de hijo adoptivo de Grado. Como indicó el alcalde, José Luis Tamargo (IU), es la distinción municipal más relevante para personas no nacidas en el concejo. En el caso del poeta, se trata de una decisión unánime de la Corporación, oficializada en el Pleno del pasado 18 de octubre.

"Tierra, nubes, charcos, árboles". Estas fueron algunas de las palabras de Beltrán que Manuel García Rubio, secretario del Aula de las Metáforas, citó en su intervención para subrayar que la labor del homenajeado consiste, por encima de otras cosas, en "sembrar". "Y lo consigue con decenas de nombres, libros y recitales", destacó. También habló en el acto Javier Lasheras, amigo del homenajeado desde que Alberto Vega se lo presentara en Oviedo en el año 1997. "Cuando uno lee sus poemas, se produce el sortilegio de que el propio Fernando está en cuerpo y alma junto a nosotros", indicó Lasheras, para quien el flamante hijo adoptivo de Grado es autor de "uno de los corpus poéticos más acabados de su generación, sino el que más". "Crea para dejar a las generaciones futuras copos de nieve encendida", concluyó el escritor en una semblanza cariñosa y muy personal del homenajeado. También desde el corazón se expresó la concejala Elsa Suárez, quien no pudo contener las lágrimas a la hora de agradecer a Beltrán el haber puesto en marcha el Aula de las Metáforas a partir de la donación de su valiosa biblioteca particular. "Como moscona te doy las gracias por elegirnos, por tu generosidad y altruismo", indicó la edil.

"Fernando cree que la poesía es una herramienta transformadora de la realidad, y eso no es tan frecuente", subrayó, por su lado, Berta Piñán, que se dirigió a Beltrán "como amiga y no como poeta ni consejera". A su juicio, el Aula de las Metáforas que le ha valido el reconocimiento es "una idea brillante y generosa, que ha dado lugar a algo que, lejos de ser estático, está en movimiento, resignifica la realidad y supone un lugar simbólico". "Fernando es un gran poeta y una grandísima persona", concluyó la consejera, que estuvo acompañada en el acto por Antón García, director general de Política Lingüística.

Leopoldo Sánchez Torre, director del Aula de las Metáforas, jugó con la toponimia para resumir el sentir de los moscones ante la iniciativa de Beltrán. "Se lo agraodecemos", señaló entre las risas de las decenas de personas que llenaron la capilla de Los Dolores. A la hora de valorar la poesía del homenajeado, el profesor de Literatura Española de la Universidad de Oviedo destacó que "ha desarrollado el don de la mirada, el don de la curiosidad, de estar donde nadie le llama, pero donde todos le esperan".

En su intervención, el alcalde, José Luis Trabanco, ya se refirió a Beltrán como "un moscón nacido en Oviedo". El regidor repasó los inicios del Aula de las Metáforas, durante el mandato de José Sierra, presente en el acto de ayer. Se trata de un proyecto que calificó de "vivo y mágico" y que, según indicó, "ha hecho de Grado un referente dentro y fuera de Asturias". El discurso de Trabanco dio paso a la entrega del pergamino en que se da cuenta de que el poeta pasa a ser hijo adoptivo del concejo. El propio Beltrán fue el encargado de cerrar el acto con numerosas palabras de agradecimiento y un bello discurso en el que resumió los intensos sentimientos de una jornada muy especial. Así, recordó como en la gélida mañana del día 5 de enero, cuando pasaba por la madrileña Puerta del Sol con un roscón de Reyes en las manos, fue reconocido por otro transeúnte como "uno de Grao". Acabaron sacándose un selfie y dándose un "abrazo oceánico". Y es que "nada une más que compartir el barro esencial de las casas natales", advirtió el poeta, que reconoció la palabra "hijo" como "la más hermosa" y recordó la figura paterna, de la que heredó "una gabardina, unos zapatos, un inmenso paraguas y una sola palabra, que es Grado".