Candás y el teatro costumbrista

Agradecimiento y reivindicación de un género con grandes profesionales de la escena

Gonzalo Bengoa

Gonzalo Bengoa

Recibir el premio "Anxelu" me vincula aún más al Salón de Teatro Costumbrista Asturiano de Candás. Escribo en LA NUEVA ESPAÑA las críticas de sus obras desde hace dieciséis años y fue una sorpresa escuchar a Alain Fernández, director del teatro Prendes, las palabras sobre el por qué de este reconocimiento. Cubrir la gala de los premios "Aurora" y escuchar tu nombre, de forma inesperada, supuso un enorme impacto emocional.

Siento que formo parte del Salón desde hace años. Me gusta saber que las críticas que se publican cada día se convirtieron, poco a poco, en un elemento más de este encuentro cultural de tanta envergadura en el verano de Candás. Desde luego, ya considero un premio que haya compañías que digan estar pendientes de la crítica, que la leen con atención y la valoran. Tu trabajo acaba conectando con los auténticos protagonistas del Salón: los grupos de teatro.

Siempre fui espectador de teatro, pero el Salón me ha dado la oportunidad de acercarme a un género que no siempre ha tenido la mejor prensa. Es posible que uno de los motivos sea el hecho de que las funciones de teatro costumbrista las monten compañías amateur, pero hay evidencias de que en muchas de ellas hay grandes profesionales de la escena. Hay algunos que cuentan con una trayectoria probada y otros, que empiezan, aún no son conscientes del potencial que tienen.

El denominador común de todas las compañías es el empeño y las ganas de hacer teatro. También la apuesta que hacen por un género que debe ir más allá del humor y las risas. Un teatro costumbrista con identidad propia y que acoja serios montajes para ponerlo en valor. Y reivindico también el asturiano en el teatro, aunque no sólo en el costumbrista, y que sea oficial como lengua propia que tenemos.

Debo agradecer el trabajo de todas las compañías que apuestan por estrenar en Candás cada verano y a ellas les dedico el "Anxelu" que recibí el pasado viernes. Ha habido grandes montajes y el Salón me ha regalado momentos únicos que ya son imborrables. Pondré sólo un ejemplo: las escenas que Eladio Sánchez y Arsenio González, de la Compañía Asturiana de Comedias, compartieron en las tablas del Prendes. Grandes y eternos, aunque ya no estén con nosotros.

Las críticas son subjetivas y soy consciente de que habrá quien no comparta mi valoración sobre las obras. En todas busco la emoción y la verdad.

Por supuesto, agradezco el premio a Alain Fernández por contagiar su energía e ímpetu a la hora de apostar por la cultura.

A Candás me unía, en la infancia, la playa de los domingos de verano sin lluvia, por aquí nació mi padre y me siento agradecido porque tenga nuevos vínculos con Carreño a través del Salón por el que siento respeto y mucha admiración. Seguiré trabajando por difundir el teatro costumbrista asturiano. Y, desde el viernes, me siento aun más cerca de la familia que sois la gente que formáis el Salón.