Madrid, Modem Press

Manuel Loring Díaz de Bustamante (Madrid, 1976) se convertirá, tras el fallecimiento de su padre, el pasado 5 de abril, y una vez que así lo sancione Su Majestad el Rey, en conde de Mieres. El bisnieto del primer conde de la villa y tataranieto de Numa Guilhou (fundador de Fábrica de Mieres) será el cuarto poseedor del título nobiliario que instaurara en 1911 el rey Alfonso XIII. Manuel Loring, que responde al mismo nombre que sus tres antecesores en el título, está casado y tiene tres hijos. Es economista y en la actualidad trabaja como responsable del área industrial y de compras de Telepizza. El futuro nuevo conde de Mieres reconoce que aún tiene a flor de piel el dolor por la muerte de su padre y que casi ni le ha dado tiempo a hacerse a la idea de que en breves fechas será su sucesor. «Esto nos ha venido de manera inesperada porque, aunque mi padre estaba enfermo del corazón desde hace tiempo, ha sido todo muy rápido, y la muerte de un ser querido es algo que nunca te esperas.Yo había hablado muchas veces con mi padre de que esto podía pasar», explica, «pero cuando llega te quedas un poco fuera de juego y no estás preparado».

-¿Cuándo se hará oficial su nombramiento como conde de Mieres?

-Ahora hay que seguir el protocolo y comunicar al Rey el fallecimiento de mi padre, y si no tiene inconveniente, yo soy su sucesor. En este trámite, me imagino, no creo que haya ninguna pega, pero hay que cumplirlo.

-¿Y a partir de ese momento?

-Hay que ver cómo continúo yo con la relación que mi padre tenía con Asturias y con Mieres.

-¿Cómo era esa relación?

-Mi padre estaba muy apegado a Asturias e incluso en los últimos cinco años vivió allí. La última parte de su vida profesional, antes de jubilarse, se dedicó a consignaciones asturianas, a un asunto de transporte que tenía en Mieres, al Puerto de Gijón, del que era consejero y donde estaba muy metido en todo el proyecto de la ampliación de El Musel... Él vivía allí, en Gijón, hasta que hace un tiempo empezó a empeorar del corazón y tuvo que dejar de estar encima de sus ocupaciones, sobre todo del día a día, y venirse a vivir a Madrid. La idea de mi padre era haberse jubilado y quedarse en Asturias, pero desgraciadamente la enfermedad no le dejó. Le gustaba mucho Asturias. Era su tierra. Allí trabajaba, tenía sus negocios y luego estaba la parte más afectiva, más humana, que era la que a él más le satisfacía, que era toda la cuestión de Norte Joven y de la Sociedad de la Fábrica de Mieres.

-¿Qué ideas tiene para estas dos entidades?

-La idea es continuar con Norte Joven, igual no tanto ligada a mi persona, pero seguir con la labor que estaba haciendo mi padre. Tenemos que ver cómo voy a entrar yo ahí. Tengo una hermana, Marta, que es psicóloga y que durante tres años trabajó en Norte Joven en Mieres y ahora colabora en Norte Joven Madrid. A mi padre le hubiera encantado que hubiera continuado en Mieres. Lo de mi hermana es más vocacional y está más vinculada al día a día de la Fundación. Hay que ver cómo entro yo en la parte más institucional. Ésta es una idea que tengo, pero no está resuelto. Tenemos que verlo.

-¿Y la Sociedad Fábrica de Mieres y todo su legado patrimonial?

-Tengo que hablar con mis tíos para ver quién se ocupa y quién no... No está claro. El de la Fábrica de Mieres es un patrimonio que hay que gestionar para hacerlo crecer y poder seguir contribuyendo a la acción social con Asturias. Yo espero que en unas semanas todo esté más claro y podamos dar a conocer cosas y decisiones que tomemos.

-¿Qué le sugiere a usted Asturias?

-Yo hablaba mucho con mi padre de y sobre Asturias. Y además yo he ido mucho. Ahora menos porque dos de mis niños son muy pequeños y eso me complica un poco viajar allí, pero Asturias me gusta mucho. Ya le digo, hablaba continuamente de Asturias con mi padre. De lo que hizo, de lo que le gustaría haber hecho... Yo voy mucho a Gijón, donde tengo casa. Antes iba muy a menudo a Ribadesella en verano y voy mucho al monte. Mi familia sigue teniendo en el concejo de Ponga, al lado de un pueblo que se llama Taranes, una cabaña donde antes íbamos a cazar. El coto ya dejamos de tenerlo, pero seguimos yendo allí y a mí me gusta, disfruto una barbaridad en plena naturaleza. Espero que a mis hijos también les guste. Yo, desde luego, trataré de inculcarles el amor a Asturias.

-¿Y de Mieres, qué conoce?

-Sobre el concejo de Mieres tengo la idea que me ha trasmitido mi padre y la labor que le he visto hacer a mi hermana en los últimos tiempos. Sé que mi familia tuvo allí una empresa, que fue en buena medida la impulsora industrial y económica de la ciudad y del concejo; y sé que toda mi familia ha tenido mucho apego a Mieres y siempre hemos seguido invirtiendo allí, apostando, dejando incluso de invertir en otros sitios para centrarnos en el concejo y en su Fábrica Pero al final, la macroeconomía, que no la gestión, dictó que el carbón y la siderurgia entendidos como se entendían en aquellos tiempos dejaron de ser rentables. Ese hecho supuso un antes y un después. Mi familia, que siempre vivió allí, se fue trasladando, y mi padre es la persona de mi rama de la familia que más ha seguido en contacto con la villa a través de la Sociedad Fábrica de Mieres y Norte Joven.

-¿Qué piensa del futuro de Mieres y las Cuencas?

-Mieres fue una zona industrialmente potente y ahora está más deprimida, y sé que hay algún conflicto social... Es una zona que antes fue rica y ahora ya no lo es tanto; a la que hay que prestar especial atención, y a mí me gustaría seguir haciéndolo, aunque yo no me pueda inventar otro recurso económico como en su día fue Fábrica de Mieres. Ya me gustaría. De ahí la importancia de Norte Joven, que pretende que los jóvenes de Mieres aprendan otras profesiones y que su futuro laboral no esté ligado indefectiblemente, como fue en su día, a la siderurgia y la mina.

-Me imagino que planeará visitar el concejo cuando sea nuevo conde de Mieres.

-Así es. Tenemos intención de, en cuanto podamos cuadrarlo, hacer algo en Mieres para recordar la figura de mi padre. Estamos hablando de la posibilidad de hacer una misa en La Rebollada, que a mi padre le hubiera encantado, y queremos hablar con el Alcalde para ver cómo podemos hacerlo. Pero sí, en el mes de mayo, probablemente, haremos algo allí.

-¿Cómo ha sido la respuesta de Mieres tras el fallecimiento de su padre?

-Nos ha llamado mucha gente de Mieres. Es de agradecer. Al funeral asistieron personas del concejo que llevaban muchos años sin estar directamente relacionadas con nosotros, pero que tuvieron su relación en su momento, nos conocían... La respuesta de Asturias, en general, no sólo de Mieres, ha sido de agradecer.

-Y eso que la discreción de su familia propicia que mucha gente en Mieres, sobre todo las nuevas generaciones, no supiera de la existencia de condes.

-Somos discretos y no queremos estar ahí en el candelero, como ahora se dice. Nos gusta más actuar y contribuir desde atrás, con discreción. A nosotros, a mí y era así también para mi padre, no nos gusta el aspecto social. Estamos ahí, pero sin que se note mucho públicamente.

-En cierto modo se diferencian de sus parientes, los miembros de la Casa de Alba. (Una abuela de Manuel Loring Díaz de Bustamante era hermana del primer marido de la actual duquesa de Alba).

-Nosotros con la Casa de Alba tenemos una buena relación. El hermano de mi abuela fue el primer marido de la actual duquesa de Alba. Tenemos nuestras relaciones, no en el día a día, pero sí nos vemos con relativa frecuencia. Además, mi hermana Marta colabora en una Fundación junto a Eugenia... Por cierto, en contra de lo que se ha dicho, miembros de la Casa de Alba sí estuvieron en el funeral de mi padre el pasado 14 de abril. Lo que ocurre es que por esa relevancia social de la que me habla pues lo hicieron de manera discreta, sin entrar por la puerta principal de la iglesia, para que aquello no se convirtiera en un show, con los paparazzi y todo eso.