Todos somos mestizos, el resultado de una mezcla a lo largo de miles de años. Por nuestras venas corre sangre celta, árabe, judía? Aquél que se crea superior, puro, de genética exclusiva, con pedigrí, no es más que un idiota. Y ésos que van por ahí estirados como si se hubieran tragado el palo de una escoba, presumiendo de alcurnia, abolengo o inmaculado árbol genealógico, son tontos a más no poder. Además, precisamente es la mezcla la que impulsa la evolución.

Como ocurre en el mundo canino, es posible que los ejemplares más cotizados sean los que mantienen una estricta pureza de raza, evitando el contacto con los distintos, reduciendo el mundo a unos pocos. Pero también son los más débiles y delicados, los más vulnerables a las enfermedades, los de vida más breve.

Al contrario, los perros sin pedigrí, mestizos, mantienen intactas todas las características de la especie -incluso las mejoran-, pero además son más resistentes, se adaptan a los cambios con mayor facilidad y, en resumen, viven más y mejor que los canes de sangre azul.

El Ayuntamiento de Mieres y la Sociedad Protectora La Xana acaban de organizar una exhibición de perros sin pedigrí. Un buen conjunto de animales nobles y fieles lucieron palmito y unos cuantos de ellos lo hacían con la intención de encontrar un amo que les haga olvidar el abandono sufrido.

Me alegra mucho poder escribir que mi Ayuntamiento por fin decidió poner solución al dramático estado de la perrera municipal y, junto con La Xana, se están dando pasos hacia la modernidad en este difícil asunto del abandono de animales. Gracias por ello y mi enhorabuena por la organización de eventos que ayudan a sensibilizar a la población. Hay que dar el salto hacia delante que nos libere de la salvaje y ancestral costumbre de maltratar a los animales. Y una institución tan representativa como un Ayuntamiento tiene la obligación de liderar ese impulso.

Y ustedes, queridos lectores, piensen si de verdad les merece la pena gastarse un pastón en un perrito de pura raza habiendo unos cuantos excelentes candidatos a convertirse en sus mejores amigos aguardando en las instalaciones de la protectora de Mieres. Háganme caso. No lo lamentarán.