Pola de Laviana,

Elena PELÁEZ

La asociación de Amigos de Palacio Valdés, constituida en Laviana, ya ha cumplido un año. El escritor Etelvino González es el presidente del colectivo que tiene entre sus objetivos la difusión de la figura y de la obra del escritor lavianés.

-¿Quiénes forman la asociación?

-No es un grupo excesivamente numeroso. Superamos los 60, de los que alrededor de 40 son profesores de Universidades españolas y extranjeras, y de Institutos de Enseñanza Secundaria. Son especialistas que acuden a congresos internacionales, lo que indica que la obra tiene mucha actualidad, cómo mínimo académica. Palacio Valdés es un escritor que necesita ser estudiado rompiendo los estereotipos y los tópicos. Hay gente que lo estudia desde distintas ópticas y metodologías.

-¿Qué proyectos tiene la asociación?

-Fomentar el estudio de su obra, hacer publicaciones y talleres de lectura. Se hizo una exposición con diez paneles de fotografías y textos que se instaló en varios centros educativos y que se embarcará en una itinerancia por toda Asturias. Se hizo un álbum de lugares vinculados a la biografía y a la obra de Palacio Valdés, y se editaron 3.000 ejemplares de un artículo que escribió sobre Covadonga. Además, la asociación elaboró un mapa con los núcleos en los que tiene calles, plazas o centros dedicados. No son muchos y queremos fomentar que le den una plaza o una calle allí donde vivió y donde sitúa sus novelas.

-Pretenden que tenga una mayor presencia.

-No tiene lo que le corresponde a un escritor que estuvo propuesto para el Premio Nobel y que fue académico de la Lengua. No es sólo un escritor delicioso e incisivo, es un pensador. Su vocación es de filósofo y se nota en obras como «Testamento literario» y en «Años de juventud del doctor Angélico». Es un personaje y lo tenemos devaluado. Hay que valorar su figura.

-Existe un proyecto de realizar rutas turístico-didácticas, ¿dónde se desarrollarían?

-Estarían también vinculadas tanto a la vida como a la obra de Armando Palacio Valdés como Gijón, Oviedo, Avilés o Laviana.

-¿Queda alguna faceta desconocida del escritor?

-La de Palacio Valdés como pensador. De su primera época hay obras con una garra social extraordinaria como «La espuma», que es durísima. «La Fe» es, para mí, la más importante, es excepcional dentro de su obra y de la novela de su tiempo. Ya lo dijo Clarín. Fue una novela perseguida. Ahora sacamos una edición crítica de «La Fe», que tiene una carga teológica importante.

-¿Qué le parece la iniciativa de convertir «La Aldea Perdida» en cómic, en castellano y en asturiano?, ¿llegará de esta forma a los niños?

-Sí, tanto a los pequeños como a los que no son tan pequeños. Es una gran obra, está muy hecha y su versión en asturiano ayudará al fomento de la lengua. Llevé varios de los ejemplares a Salamanca y me los quitaron de las manos. Es una obra que fascina.

-Ahora se estudia la edición del tebeo a otros idiomas.

-Ya sus obras fueron traducidas al inglés, al francés y al italiano. En el extranjero fue muy valorado, quizá más que aquí. De hecho hay numerosos estudios de catedráticos de Universidad de otros países.

-Varios de ellos participarán en el cuarto congreso internacional que se celebrará del 21 al 23 de abril en Laviana y en Avilés.

-Sí. Además estos congresos se editan luego y eso es fundamental, tiene mucho peso porque esos libros llegan a la biblioteca. Francisco Trinidad es el alma y motor de la iniciativa que se celebra gracias a la gran visión de Marcia Barreñada (ex alcalde de Laviana) que ahora comparten los regidores de Laviana y Avilés.

-La conferencia que ofrecerá en la primera jornada del simposio internacional se centrará en las escrituras del yo.

-Palacio Valdés tiene varias obras autorreferenciales. Los tratadistas del yo apenas lo citan y no lo estudian.