Pola de Laviana, J. A. VEGA

Grosellas, zarzamoras, frambuesas, arándanos y fresas brotaron en el salón de actos del CIDAN de Laviana de la mano de Juan Carlos García Rubio, técnico del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario. La charla sobre cultivo de frutos del bosque estuvo organizada por el Ayuntamiento de Laviana y el SERIDA, en colaboración con el Club LA NUEVA ESPAÑA en las Cuencas. El ponente fue presentado por Inés García, concejala de Cultura que recordó que la charla estaba incluida en las jornadas «El bosque: la casa de todos» planificadas el objetivo de sensibilizar a los jóvenes ante la naturaleza.

El experto comenzó su intervención hablando de la importancia de estos pequeños frutos para Asturias, ya que el campo se encuentra limitado para otras producciones debido a las condiciones de clima y suelo. Mencionó que el SERIDA lleva veinticinco años trabajando con estos frutos, tiempo en el que ha aumentado el consumo, sobre todo de arándanos y frambuesas.

Destacó que «Asturias tiene condiciones ideales para el cultivo de frutos del bosque gracias a su clima y suelo». Los suelos están bastante vírgenes y no están desgastados por pesticidas y la climatología es privilegiada por sus temperaturas medias que no son ni muy calurosas ni muy frías.

García hizo referencia a las posibilidades económicas del cultivo de estos frutos que podría asumir una empresa familiar. Fue dando motivos y pruebas para confirmar lo dicho. Se trata de frutos que dan una gran productividad con lo que se consigue una rápida amortización y rentabilidad. También señaló que la tecnología de cultivo es relativamente sencilla y que se hace un mínimo uso de productos químicos. Añadió que «el cultivo provoca un alto interés social por la necesidad de mano de obra, sobre todo en la recolección y manipulación en los almacenes». Eso favorece la incorporación de jóvenes al sector y por tanto ayuda a fijar población en el medio rural.

Refiriéndose a las formas de enfocar el cultivo, señaló que hay tres opciones: como actividad complementaria a otra actividad, como actividad de trabajo a tiempo completo o como inversión empresarial, poniendo el dinero y contratando para que hagan el trabajo

A continuación hizo una detalla descripción de cada uno de los frutos. La zarzamora necesita suelos fértiles y estructuras de soporte y sus frutos se recogen en julio y agosto. La grosella necesita suelos francos, se cosecha en julio y tiene buena conservación en frigoríficos, siendo demanda en restauración y repostería, generalmente para mermeladas y zumos. La frambuesa es el fruto con un periodo de cosecha más largo, ya que va de junio a noviembre, aunque es muy delicado y perecedero. El último fruto del que habló fue la fresa, el que más se comercializa y consume.

García finalizó su intervención destacando que la presencia durante todo el año de estos pequeños frutos en las tiendas hace hábito de consumo. Algo parecido a lo ocurrido con la aparición del kiwi hace unos años. «Si se ve, se prueba y se termina consumiendo», sentenció.