Pola de Laviana,

C. M. BASTEIRO

Llegar al puente de La Chalana, por tierra, río o aire. Ese era el objetivo que perseguían los participantes en el XLV Descenso Folclórico del Nalón y, para lograrlo, echaron mano de todos los medios de transporte imaginables. Trenes, barcos e, incluso, algún cohete, llenaron ayer las calles de Pola de Laviana durante el desfile hasta Puente de Arco y el cuace del Nalón durante el descenso. Conducirlos entre la multitud no fue fácil, pero había más de 2.000 navegantes -según la organización- dispuestos a guiarlos sin dejar de lado el jolgorio y el «calimocho».

«Con esta máquina, fijo que llegamos los primeros». Ese era el grito de guerra de los miembros de la peña «Los Barettini», que con un enorme tren de vapor lograron conquistar la «Soperona», el primer premio del Descenso. Su carroza, ambientada en un cómic de Lucky Luke, fue de las más vistosas del desfile y la figura del emblemático personaje, rodeada de un séquito de vaqueros de carne y hueso, captó buena parte de las miradas.

No muy lejos de la locomotora de vapor, una mujer se abrazaba a un marinero a punto de subir a una réplica del «Titanic», elaborada por la peña «Pelotero Team». «Tranquila Mari, que esto no se hunde», aseguraba el joven romero al iniciar el desfile. No obstante, la embarcación estaba llena de flotadores y los miembros de la peña aseguraban ser buenos nadadores.

Llegar hasta La Chalana no es tarea fácil y ni un barco ni un tren eran al cien por cien fiables para los navegantes de la embarcación «Las aventuras de Tintín». Los miembros de la peña, ataviados con camiseta azul y con un tupé en el pelo, desfilaron sin dificultad a bordo de un cohete. Los tripulantes querían volar seguros y repostaban muy a menudo.

El combustible no era imprescindible para todos. La peña «El Burro» viajaba a lomos de un asno de cartón y los «Mosquestenssion» volaron hasta Puente de Arco con sus propias alas.

Con embarcación vistosa y sin ella, donde no hubo distinción fue en la mojadura. Los navegantes llegaron a Puente de Arco con la ropa empapada por el agua que les tiraron los vecinos desde las ventanas en el desfile por las principales arterias de Pola de Laviana . No les importaba. Aunque llevaban tres horas de recorrido, la fiesta acababa de empezar.