Villaestremeri (Mieres),

Andrés VELASCO

La casa eficiente de Villaestremeri (Mieres), «el primer hogar sostenible de la región» según la Fundación Asturiana de la Energía (FAEN), ya está terminada y en menos de un mes, habitada. La empresa Efinco ha concluido las obras y sus responsables se encuentran estos días ofreciendo visitas para todos aquellos que quieran comprobar los secretos de un inmueble que permite un ahorro energético de calefacción y agua caliente cercano al 90 por ciento sobre un vivienda convencional . Una vez construida la casa, de 120 metros cuadrados y dos plantas, ahora solamente falta comprobar el rendimiento energético real de la misma una vez se habite, una tarea que será llevada a cabo por la FAEN, cuyos responsables visitaron ayer el edificio en Villaestremeri.

Carlos García, responsable de Ahorro y Eficiencia Energética de FAEN, explicó que ahora el trabajo consistirá en «evaluar el comportamiento energético». Unos datos, dijo «que servirán para aplicar a otras viviendas que se quieran realizar en Asturias», al tiempo que recordó que tener una vivienda de estas características «no tiene un sobrecoste excesivo sobre una construcción convencional, y es un coste que se recupera rápidamente gracias al ahorro en el consumo». Carlos García explicó que los primeros resultados fiables sobre las mediciones de eficiencia y ahorro que se van a a llevar a cabo estarán listos a comienzos del próximo año: «necesitaremos unos seis meses para comprobar los datos de todo el verano y el invierno, y contrastar las mediciones». En todo caso, indicó el responsable de FAEN, el estudio se mantendrá durante dos años. Esta es la parte en la que más se ha centrado la Fundación de la Energía, así como también en la obtención de la certificación energética del edificio, que ha obtenido la mayor calificación: «A».

Para desvelar los secretos de esta casa a los visitantes están allí dos de sus diseñadores, Iván Menéndez e Ana Isabel Menéndez, de la empresa Efinco. Explican como han hecho para que la casa, -que tiene en su planta baja un salón-cocina, un aseo, un estudio y una pequeña despensa y en el primer piso tres habitaciones, un baño y terraza-, mantenga una temperatura estable durante todo el año. Lo primero que tuvieron que llevar a cabo fue un estudio pormenorizado de las ganancias y las pérdidas energéticas de una vivienda convencional, donde se generan y como evitarlas. A partir de ahí, centrar el estudio en la parcela donde se iba a ubicar el inmueble.

Iván Menéndez relata que «lo que hicimos fue analizar el solar entero, teniendo en cuenta las montañas y como iba ser la posición del sol durante todo el año». Finalmente, decidieron edificar la vivienda con una orientación Sur para aprovechar toda la energía solar. Además, en la parte frontal de la vivienda diseñaron «unos huecos muy grandes de ventana», con el fin de acumular la mayor luz natural posible durante todo el año. Otro de los secretos es que parte de la cara norte de la casa está semienterrada, lo que permite un aislamiento natural que ya de por sí ayuda a la eficiencia energética.

Todo está medido al milímetro y todo cumple su función. Para evitar una subida de temperatura excesiva en verano, Menéndez explica que «hemos diseñado los huecos para que en invierno tengan la mayor captación solar posible, teniendo en cuenta que esa época baja el ángulo del sol, y para que en verano haya sombra que generan elementos como los aleros o el porche».

La forma también tiene su porqué. «Cuanto más compacta sea una vivienda, menos superficie de intercambio y por lo tanto menos pérdida de temperatura tendrá», indica Iván Menéndez, que agrega que por ello se optó por una forma rectangular. Otro de los secretos está en la ventilación, que se realiza a través de un sistema mecánico forzado, con una toma de entrada y otra de salida que llevan el aire a un recuperador de calor. De esta forma, el aire viciado de la casa, que se extrae de cocina y baños, cede su calor al aire nuevo, que entra en la casa limpio, pero caliente. Además, el equipo lleva unos filtros para depurar el aire que entra en la vivienda «con lo que si quisieras no tendrías ni que abrir las ventanas». Y para rematar la casa, un equipo de domótica con el que controlar las luces, las persianas y la alarma.

Los cálculos de los diseñadores y de la Fundación FAEN es que solamente en gasoil para la calefacción o el agua caliente se pueda pasar de un consumo de unos 2.500 euros al año a poco más de 300 para una familia como la que va a habitar la vivienda, una pareja con dos hijos.