En agosto de 1964, Felechosa se vio sacudida por una ola de inquietud y temor por la visión de una vecina de una serpiente gigante que en la mitología asturiana se bautiza como "cuélebre". Constantino Cabal, ilustre costumbrista asturiano la describe como "serpiente gigante con alas de murciélago, escamas impenetrables y cola enorme, que se agazapa en el bosque y llena los espacios de un silbo y devora ganado y personas". La aparición del supuesto "cuélebre" tuvo una amplia repercusión mediática en la prensa regional e incluso la prensa madrileña se hizo eco del suceso.

La protagonista de la visión conocida popularmente como Rosaura la Puente narraba así para el diario "Región" de Oviedo su alucinante descubrimiento: "Estaba yo echando agua en un prado que tenemos. En el de al lado hay una vara de hierba, y a mi pareciome que había alguien apoyado en la parte de debajo de la vara. Nun sé por qué, pero no me daba buena espina. Acerqueme y no se movió. Parecía un burro. Entonces grité: ¡Qué se yo lo que está ahí¡ ¡Ay fiu!, levantó la cabeza y empezó a desenroscase. Era enorme, lo menos seis metros de largo y del grueso de un poste de la luz". Y continúa su narración: "Llamé a todos los santos, a mi padre, a mi madre, el cuélebre se dirigió a un riachuelo. No, yo non vuelvo más por allí". El testimonio de Rosaura conmovió y sembró el pánico entre los vecinos de Felechosa, que de inmediato organizaron batidas en busca de la descomunal culebra sin resultado alguno. Cundió el temor durante algún tiempo y en las fincas cercanas se abandonaron incluso sus labores

En este clima de histeria y psicosis, algunos vecinos confirmaban la visión de Rosaura y añadían más leña al ambiente angustioso que el pueblo vivió aquel agosto de 1964.

La serpiente de Restiello

Otro hecho similar al de Felechosa ocurrió en el pueblo de Restiello (Grado), también en el mes de agosto de 1927, cuando un vecino del pueblo, Pocholo, vio una gran culebra en un prado, sembrando el pavor entre la vecindad hasta el punto que los prados próximos quedaron sin segar aquel verano y un rico propietario llegó a ofrecer mil pesetas por segarle su prado. Los vecinos de Restiello armados con las más rudimentarias armas, palas, hoces, guadañas, etc., se dirigieron al sitio donde fue vista la gran serpiente y allí la localizaron, en actitud desafiante con la boca abierta hacia los vecinos. Éstos la emprendieron con todo su armamento rústico, pero el reptil huyó sin poder ser rematado. La culebra de Restiello es un hecho distinto al de Felechosa. Fue un hecho real avalado por decenas de vecinos que participaron en su captura y permaneció durante décadas en la retina de los habitantes del citado pueblo.

Retornando al famoso "cuélebre" de Felechosa, superado el temor inicial, fue motivo de todo tipo de comentarios. Algún vecino, según la prensa de la época, y con la proverbial retranca de los felechosinos, apuntaba qué hubiera sido más rentable la aparición de una virgen como la de Fátima o Lourdes, que habría dado más vida al pueblo...

De la repercusión que tuvo el hecho del "cuélebre" de Felechosa en la prensa nacional da idea el telegrama recibido por el periodista Luis José Ávila y el fotógrafo Sierra, que cubrieron la información para el diario "Región". La agencia Efe, con una sorprendente candidez, remitía con carácter de urgencia el siguiente telegrama: "Interesa reportaje captura monstruo. A ser posible fotos primer plano, el ABC las quiere". A día de hoy las siguen esperando.