Una de las máximas de la Escuela Politécnica de Mieres es reforzar las relaciones entre la universidad y la empresa. De ahí que cada cierto tiempo vengan al centro profesionales en los distintos estudios que se imparten en Barredo y ayer tocó el negocio de la madera. El ingeniero de montes Luis Javier Sánchez, que es gerente de disponibilización y sostenibilidad de la empresa Energía y Celulosa (Ence), con una planta en Navia, ofreció una charla a los alumnos sobre la madera ilegal. También dio cuenta del buen nivel de los estudiantes del campus de Mieres, que participa en el programa de captación de talentos que realiza la compañía.

"Estamos muy satisfechos con la Escuela Politécnica, porque es una buena cantera de talentos", aseguró el ingeniero, quien destacó: "No lo digo porque esté en Mieres, en la empresa vemos alumnos de diversas universidades y los de aquí suelen ser los más completos". Sánchez ejemplificó esta satisfacción con su compañera de charla, Claudia Otero, exalumna de Barredo y actualmente responsable de Disponibilización para Asturias en la compañía. "Entró con el programa de talentos y después de la beca de seis meses, la fichamos y con un cargo de responsabilidad, ya que es quien decide qué madera se corta en función de los permisos", señaló.

Otero, por su parte, reconoció que "ha sido una buena oportunidad y no soy la única exalumna de Mieres que trabaja en la empresa". Esta joven riosana cursó Ingeniería Técnica en Forestales y después la adaptación al grado en Ingeniería Forestal y del Medio Natural. "Esta ha sido mi primera oportunidad laboral relacionada estrechamente con mis estudios y creo que es una buena oportunidad", recalcó.

Además de los elogios al trabajo formativo del campus de Mieres, los dos ingenieros hicieron hincapié en el problema de la "madera ilegal". Sánchez explicó que este término se refiere a la madera que no se ha cortado con todos los permisos y en función de un reglamento europeo que entró en vigor en España en 2013. "Toda la madera que se mueve tiene que cumplir con la legalidad, que es cumplir con todos los permisos, una tarea ardua, pero que hay que realizar", explicó. Y puso como ejemplo Asturias "donde hay muchas administraciones implicadas, lo que dilata aún más los procesos". El problema es que "vemos que hay propietarios que venden la madera a empresas más pequeñas porque le hacen el trabajo más rápido, pero eso es porque no piden todos los permisos". Esta situación "va en detrimento para el sector y para la imagen de España", apuntó. Por eso en su empresa cuentan con un grupo de trabajo de once personas dedicadas a estos asuntos, donde se encuentra Claudia Otero. Un puesto de responsabilidad que esta joven agradece "sobre todo por la confianza que depositan sobre mí", subrayó.