David Moreno Bobela (Caborana, 1977) se sentó en el sillón de alcalde del Ayuntamiento de Aller en 2011. Fue un cambio un poco chocante para los alleranos, que llevaban más de treinta años con el mismo regidor: Gabriel Pérez Villalta. Ese chaval, de 34 años y con el pelo de punta, parecía el negativo de la foto que había estado en el marco durante décadas. "No soy Villalta, cada maestrillo tiene su librillo", aseguró a LA NUEVA ESPAÑA en su primera entrevista como candidato. Y, cuando los vecinos le eligieron, demostró que no mentía. Abrió las puertas y su teléfono siempre está disponible: "Abierto 24 horas", fue su estado de "WhatsApp" durante meses. Los vecinos le volvieron a elegir en las urnas en 2015, aún con cinco procesos judiciales abiertos. Todos se fueron cerrando, menos uno: la presunta prevaricación por la asignación de subvenciones a una entidad deportiva para la oferta de actividades en el polideportivo de Sotiello. El jueves, este diario hizo pública la apertura de un juicio oral. "Línea roja" para la dimisión en el PSOE. Su partido ha abierto un expediente: "Seguiré siendo Alcalde, aún si el partido me expulsa", aseguró. Y, aunque reconoce que todo lo ocurrido en los últimos días es un peso más para una espalda ya cargada, no tiene previsto reprogramar la agenda. Ayer concedió esta entrevista tras acudir a la celebración del X aniversario de Fuentes de Invierno.

- ¿Esperaba la apertura del juicio oral?

-En el momento que se acepta una denuncia, nunca sabes cómo va a resultar. El informe redactado desde la FSA-PSOE ya dice que esto no supone un estado de acusación, sino simplemente que se abre un proceso con unas garantías jurídicas para exponer los hechos y para demostrar que no se actuó en disconformidad con la legalidad vigente.

- Visto ese informe, ¿Considera exagerado el expediente que le ha abierto su partido?

-No, no puedo decir que es exagerado. Respeto a los compañeros que tienen que aplicar la normativa interna, pero no la comparto. Creo que hemos impulsado un código ético que entiendo que se aplica indiscriminadamente. Al final, eso supone vulnerar la presunción de inocencia de los compañeros. Quienes denuncian son una parte política que sabe que hay una serie de herramientas políticas que permiten que no haya que acudir a la justicia y más cuando se tiene conocimiento previo, como este es el caso.

- ¿Piensa que la denuncia presentada por el PP buscaba que le abrieran un juicio oral?

-Pienso que se saldrían con la suya si dimitiera sin esperar a tener un juicio justo que permita que se aclare todo. Porque yo creo que su gran baza fue esa siempre. Intentar llevarme a la "línea roja" del juicio oral y que fuera mi propio partido quien me expulsara. Así, en el caso de que haya una sentencia absolutoria, podrán irse de rositas diciendo que a mí me apartó mi propio partido de mi carrera política y no ellos. Es una estrategia como otra cualquiera, la utilizaron en campaña electoral, pero los resultados no les acompañaron. Incluso empeoraron sus resultados. Ahora quieren cobrar la pieza, pero yo soy tan inocente hace tres meses como hoy.

- Defiende a capa y espada su inocencia, ¿duele que le relacionen con la corrupción?

-Duele, sobre todo, el uso torticero que se ha dado a esta cuestión. Miembros de otras corporaciones me han dicho que es muy injusto esto que me están haciendo. Todas las corporaciones conocen la existencia de un convenio con una entidad deportiva que nunca fue denunciado por ningún órgano municipal. Los funcionarios lo seguían aplicando y generaba ingresos al Ayuntamiento. Duele cómo somos capaces, me refiero en general, de actuar de forma partidista. Izquierda Unida gestionó deportes con ese convenio de 2003 a 2007. El propio Partido Popular, en el seno del Pleno, exigió en numerosas ocasiones el pago a los monitores. Y cuando había retrasos incluso animaba a los monitores a hacer paros para reclamar esos pagos. Y ahora invocan una ilegalidad. De haberla, es una ilegalidad de todas las corporaciones de la historia de Aller.

- Pero era usted quien firmaba los pagos.

-Yo, cuando firmo la resolución del pago, lo hago invocando la existencia de ese convenio. Existía ese convenio, desde el año 1996, no hay ningún informe expreso que diga que no existe. Sí es cierto que una interventora apuntaba que no le constaba que existiera. Pero ahora en los autos aparece ese acuerdo.

- Mantiene, entonces, que no prevaricó.

-Entiendo que no. Actuaba en la creencia de que ese convenio era el que me daba soporte jurídico para liquidar obligaciones en favor con una entidad, con la que el Ayuntamiento y no el Alcalde, había contraído unas obligaciones.

- ¿Ha recibido la llamada de algún compañero estos días?

-De qué tipo.

- Llamadas de apoyo.

-Recibí llamadas de muchos compañeros. Y recibí llamadas, incluso, de cargos de otros partidos también. Diciéndome que estaba en lo correcto y que continuase.

- ¿Le dan fuerza?

-Todo lo que ayude a reforzar la idea de que uno está haciendo lo correcto, y que no se está equivocando, es útil a la hora de mantener un poco el tipo.

- ¿Siente vértigo cuando piensa en los próximos días?

-No, vértigo no tengo ninguno. Estoy tranquilo, tengo claro cuál ha sido mi comportamiento y así lo explicaré en sede judicial. Y otros muchos tendrán que explicar el por qué de determinados comportamientos y actuaciones si entienden que algo irregular se hacía. Tranquilo estoy, como te digo, porque llevo tres años sufriendo un juicio público. Por fin voy a tener un procedimiento con garantías suficientes para defenderme, argumentar y aportar la documentación precisa para ello.

- ¿Cuál ha sido el peor momento de este largo proceso?

-Han sido duras las dudas que se han sembrado sobre mi persona. Pero lo peor, yo creo, fue cuando el Tribunal de Cuentas con la apertura de un expediente, creo yo que muy a la ligera, ordena una fianza de unas cantidades que luego me devolvieron porque se demostró que no hubo menoscabo para las arcas públicas. Pero tuve que afianzar cerca de 40.000 euros.

- ¿Cómo lo abordó?

-Tuve que pedir un crédito. No soy un millonario. Quien me conoce sabe que, obviamente, no disponía de recursos para hacer frente a una liquidación de este tipo. Tuve que pedir un crédito personal como cualquier ciudadano de a pie, porque no soy ningún terrateniente.

- ¿Le han hecho daño estos últimos tres años?

-A mí no tanto, porque estoy viendo que soy más fuerte de lo que puedo imaginar. La vida te pone a prueba y tú ves hasta dónde puedes llegar. Pero sí han hecho daño a quien me rodea y a quien me aprecia. Mi familia ha sufrido viendo cómo se me maltrató, cómo se intentó vender mi imagen como la de un delincuente. Sufren mucho.

- En la situación actual, ¿se arrepiente de haberse presentado candidato en las últimas elecciones?

-No me puedo arrepentir porque tengo claro que lo hecho era lo correcto. Cuando me presenté fue porque entendía que tengo mucho que aportar a este municipio y los vecinos recompensaron mi esfuerzo y mi trabajo. Aún a pesar del desgaste que se hizo a propósito de este proceso.

- ¿Piensa que su partido confía en usted?

-Todo el mundo es capaz, leyendo la documentación y analizando el caso desde la objetividad, de entender el alcance de lo que está ocurriendo. De analizar este supuesto. Pero entra en colisión directa con un código ético que pone una "línea roja" demasiado fina y no distingue entre lo que es un caso de corrupción y lo que no lo es.

- Los concejales del equipo de gobierno ya le han mostrado su apoyo, ¿le seguirán hasta el final?

-Pienso que esa pregunta no es para mí.

- ¿Pero qué cree que pasará?

-Que somos un equipo y siempre hemos actuado como tal. Siempre.