Iberdrola realizó durante estos últimos años inversiones en la térmica de Lada para garantizar la supervivencia de esta instalación hasta por lo menos 2030. La compañía vasca modernizó algunos de los equipamientos claves de generación eléctrica para permitir a la instalación haber alargado su vida útil durante bastante tiempo. Mucho más allá de los 36 años que acababa de cumplir. Todo esto se hizo de forma paralela al desembolso para adecuar la térmica a las nuevas exigencias medioambientales que llegan desde la Unión Europea (UE) y que obligó, por ejemplo, a construir hace unos meses una planta desnitrificadora. Esta es una de las razones por las que a la plantilla le ha cogido tan a contrapié el anuncio de la empresa, que ya ha solicitado permiso al Gobierno para poder cesar de forma inmediata su actividad en Langreo.

Representantes del departamento de recursos humanos de la compañía comunicaron ayer a su plantilla en Asturias que la decisión de echar el cerrojo es "irreversible". Insistieron en que el total de los empleados fijos de Lada (algo más de 90) van a ser recolocados en otros centros productivos del grupo, fuera del Principado con toda probabilidad. Los directivos les trasladaron a los sindicatos que cada caso será tratado de "forma individual" para ver cuáles son las preferencias de cada uno de los afectados.

Entre ambas inversiones, las relacionadas con actuaciones medioambientales y las dirigidas a alargar la vida útil de la central, la empresa había desembolsado unos 200 millones durante los últimos años, según los cálculos que manejan los sindicatos. De esa partida económica, algo más de la mitad, unos 115 millones, se destinaron a tratar de contener los malos humos que escupen a la atmósfera de la chimenea de la térmica. El resto del dinero se había destinado a modernizar algunos equipos vitales para que la planta pudiera seguir con vida. Entre ellos, el sistema de condensación y el de refrigeración, claves en este tipo de plantas.

"Hasta la semana pasada se han estado haciendo inversiones en la planta", protestaba ayer un trabajador. Decenas de empleados se concentraron delante a la planta para exigir a la compañía que revierta su decisión. La protesta fue convocada por UGT. El portavoz de este sindicato, José Manuel Vallina, destacó que "no contemplamos otro escenario que no sea la continuidad de Lada y en eso vamos a trabajar". En la protesta había una amplia representación de trabajadores de las subcontratas para quienes no hay planes de recolocación. Son 108 personas que estarán abocados al desempleo.

"Nosotros llevamos contratados desde mayo y, en principio, nos habíamos prometido que íbamos a tener trabajo para tres años, pero ahora con todo esto nuestro panorama es más bien negro", reconocía ayer un empleado de una subcontrata dedicada a tareas de mantenimiento. Junto a él, varios compañeros respaldaban sus argumentos. "No sabemos qué va a pasar con nosotros", señalaba otro. Además, en la concentración también participaron empleados de auxiliares dedicadas a la limpieza o a la seguridad, cuyos puestos de trabajo también están en el alero.

La esperanza a la que se agarra ahora la plantilla es que el Gobierno frene la petición de Iberdrola de cerrar su planta langreana. El Ejecutivo maniobró esta semana para, mediante un decreto, endurecer las condiciones para dar el visto bueno a la clausura de este tipo de instalaciones. Hasta ahora tan solo se valoraba el impacto que una decisión de esta magnitud pudiera tener sobre el suministro eléctrico. Ahora pretende incluir otro tipo de variables como los efectos sobre el recibo de la luz o el medio ambiente, que podrían echar abajo los planes de la eléctrica vasca. Aún con todas, los trámites administrativos pueden demorar la decisión del Gobierno sobre un año.

Tras la reunión con la compañía, José Manuel Vallina señaló que "ellos han venido con un mensaje muy firme", que no había marcha atrás en su decisión. Los sindicatos, ahora, tienen previsto utilizar todos los cauces políticos que puedan para hacer presión ante la dirección.

Por su parte, el secretario general de la Federación de Industria de CC OO, Damián Manzano, pidió a "algunos partidos que se dejen de ambigüedades", en alusión al apoyo que dieron hace unos días el PSOE y Podemos a una moción en el Congreso para adelantar el cierre de las térmicas a 2020.