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Morcín tramitará la apertura al público de la cueva del Molín, con grabados del Paleolítico

Un equipo de arqueólogos documentó más de medio centenar de pinturas en la cavidad, que está cerrada y cubierta de maleza

Un coche circulando por el entorno de la cueva del Molín, en Entrefoces (Morcín). FERNANDO GEIJO

El Ayuntamiento de Morcín tramitará la apertura al público de la cueva del Molín, una cavidad ubicada en Entrefoces que guarda decenas de grabados del Paleolítico. Los expertos aseguran que el paso de turistas no estropeará los restos, investigados por última vez en 2011, pero señalan que las visitas tendrán que ser limitadas por el espacio. "Lo primero será reclamar que se adecente el entorno, que actualmente está intransitable", reconoció el alcalde, Mino García.

El anterior gobierno local, del PSOE y encabezado por Jesús Álvarez Barbao, había intentado negociar con la Consejería de Cultura la apertura de la cueva al público. "No es el momento de desaprovechar los recursos que tenemos", había señalado el exregidor. Es el mismo punto de vista de Mino García, que considera "una pena" el estado en el que se encuentra actualmente el entorno del Molín: "Está lleno de maleza y es responsabilidad del Principado su acondicionamiento", afirmó el regidor.

La cueva está cerca de la carretera, a su paso por Entrefoces. El proyecto del Ayuntamiento incluye la señalización del lugar, con un panel informativo sobre el interior de la cavidad. También la instalación de mobiliario urbano en el entorno: "Esa zona debería estar limpia y dispuesta para los visitantes", reiteró García.

Abrirla al público será el siguiente paso. La investigación de la cueva del Molín se desarrolló en varias fases. El primer estudio data de los años ochenta del pasado siglo. Entonces, los investigadores descubrieron las figuras de tres ciervas y un caballo talladas en una pared. Dataron el hallazgo en el Paleolítico, más concretamente en el Magdaleniense (entre el 15.000 y el 8.000 antes de Cristo). La investigación terminó con el hallazgo de materiales, como un asta de ciervo decorada y la representación de una cabeza humana tallada en un canto de cuarcita.

Quedaba aún mucho por descubrir. El equipo de arqueólogos de 2011 estaba formado por los catedráticos de Prehistoria Manuel R. González Morales y César González Sainz, y el investigador Aitor Ruiz Redondo, todos ellos del Instituto Internacional de Investigaciones Prehistóricas de la Universidad de Cantabria. Los expertos dataron medio centenar de grabados también del Paleolítico. Diferenciaron el hallazgo en tres grupos: grabados figurativos, trazos lineales al fondo del corredor de entrada y grabados lineales en la parte alta de la placa caliza.

"Es una lástima tener este recurso cerrado al público", afirmó Mino García. Afirmó que el aprovechamiento turístico de la cueva es una de las asignaturas pendientes que tiene previsto abordar antes de terminar el presente mandato.

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