A los vecinos del Huerna ya no los para nada ni nadie. Bajo una lluvia incansable, más de un centenar de personas se concentraron ayer a primera hora de la mañana en el acceso que une Campomanes con el parque natural de las Ubiñas-La Mesa, en la carretera LN-8. Es la primera movilización para exigir el arreglo de la vía, "totalmente desatendida" por parte de la Administración regional.

Y querían hacer ruido, ya que ayer era la apertura de pastos y estaba previsto el paso de miles de reses hacia los puertos de montaña. Entre ellos, el puerto de Pinos -en territorio de Babia, pero propiedad de Mieres-. Muchos productores, sabiendo del corte de carretera, prefirieron adelantar el viaje a la noche. "Eso no es lo que buscamos, necesitamos la unión de todos los afectados por el mal estado de la vía", clamaron los vecinos. Así que hacen un llamamiento a ganaderos, hosteleros, turistas y montañeros para que se unan en su lucha.

"Esta es la entrada al parque natural de las Ubiñas y no podemos permitir que esté en estas condiciones. Pero somos pocos los que nos mojamos", señaló Auri Villar, representante vecinal del parque de las Ubiñas. "Mojarse" metafórica y literalmente hablando. Porque cuando iniciaron la concentración, a las 8.40 horas, la meteorología no podía estar menos a favor. "Llevamos muchos años con esta reivindicación, ha llegado el momento de ponernos firmes", añadió Villar.

Hace unas semanas, la representante vecinal hizo llegar las reclamaciones sobre la carretera en una reunión que mantuvo con responsables del Principado. La respuesta de la Consejería de Infraestructuras colmó el vaso de la paciencia: "Nos dicen que no está prevista la actuación, salvo que existiera disponibilidad presupuestaria, hasta más allá de 2030". Avisan ya de que habrá más movilizaciones.