Norma Rebollo dimitió el pasado viernes como concejala del PSOE entre reproches a la actual dirección de la agrupación mierense. Por turno, le tocaría ocupar su puesto a José Luis Coble, que en principio no aceptará al estar también en discordancia con la ejecutiva que preside Ana Cachero, lo que le llevó a dejar el partido en febrero tras los ataques lanzados al presidente del Principado, Javier Fernández. La siguiente de la lista es Belén Prieto y de nuevo la cara es larga.

"Estoy muy dolida con lo que está sucediendo. Nunca antes había vivido una situación de tanta confrontación en el partido y lo que está pasando en Mieres no pasa en ningún otro lugar de Asturias. No se ha intentado aglutinar a todos y se ha declarado una guerra sin sentido". Belén Prieto ya fue concejala con Misael Fernández Porrón. Pretende escuchar lo que le tiene que decirle su partido antes de pronunciarse sobre su posible regreso al Ayuntamiento. Lleva más de 40 años afiliada al partido y asegura no haber vivido nunca una situación tan tensa como la actual: "Esto nunca ha pasado. En otros momentos hubo disputas y desencuentros entre familias, pero al final los procesos resultaron enriquecedores. Pero esta guerra no aporta nada bueno. Esto es como un maremoto". Prieto no quiere seguir escuchando palabras gruesas, incluso insultos. "Lo que se está haciendo a través de las redes sociales está muy mal. Yo tengo amigos en la ejecutiva y no entiendo que no lo hayan frenado. En alguna ocasiones me han dado ganas hasta de llorar", asegura afectada.

En estas circunstancias es muy probable que Belén Prieto, si finalmente se encuentra en esa tesitura, renuncie al acta de concejal. A ella, no obstante, lo que se inquieta son las malas relaciones existentes en el seno de la agrupación socialista mierense. "Se ganaron una primarias legítimamente y no hay ningún problema. Se están haciendo cosas muy bien, pero no se puede machacar a lo que no ganamos. En ocasiones debo reconocer que he sentido vergüenza por ciertos comportamientos", subraya visiblemente dolida Belén Prieto