Los vecinos de Soto, en Aller, exigen al Gobierno del Principado de Asturias y al Ayuntamiento que "dejen de marear ya" y actúen "de inmediato" en la torre medieval del pueblo para evitar un problema que no tendrá solución: "Está a punto, va a caer ya", avisan. El inmueble está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), fue construido en el siglo XII y pudo ser el lugar de nacimiento de la hija ilegítima de Alfonso VII de León: Doña Urraca, primera Reina de Asturias.

El pueblo no permitirá que toda su historia quede reducida a un montón de piedras en el suelo. Y eso ocurrirá, advierten, si no hay una intervención. "Están dando vueltas, culpándose unos a otros, y la torre sigue deteriorándose. Está a punto de caer, y parece que no les importa", lamentó Gumersindo Díaz, representante vecinal. El monumento lleva años sufriendo un importante deterioro. De hecho, sólo queda ya en pie una de las fachadas de la torre: "Desde que empezaron a decir que reclamarían su arreglo, se ha estropeado mucho más. Lo que pedimos es que ellos hagan las obras de forma subsidiaria, cuanto antes, y que luego busquen a los propietarios o lo reclamen por la vía judicial".

Esos son los planes de la Consejería de Cultura, aunque parece que los trámites se están alargando más de lo previsto. El último anuncio del Principado fue que no podía localizar a todos los propietarios de la torre y que los herederos con los que sí habían contactado "afirmaban que no podían hacerse cargo de las obras". Gumersindo Díaz carga las tintas contra las administraciones: "Llevan así años, todo son excusas". Los vecinos estudian emprender movilizaciones si no reciben una respuesta rápida y efectiva.

La torre no es la única preocupación en el pueblo. Los vecinos también han reclamado atención para otro inmueble protegido: la antigua casa del marqués de Sarria, del siglo XIX y conocida como la Casona de Xerra. "La cubierta ya se vino abajo sin que nadie hiciera nada por evitarlo, y así nos está pasando con toda la historia del pueblo", lamentó Díaz.

El malestar en el pueblo va en aumento. Porque, eso sí, los vecinos tienen que respetar al dedillo las indicaciones de la Consejería de Cultura para "mantener la armonía" del conjunto histórico. Gumersindo Díaz guarda en su casa la carta que recibió hace unos meses por parte del Principado de Asturias: él había solicitado licencia para la reparación del tejado, y desde Cultura le exigieron que usara las tejas antiguas para mantener la buena imagen de su pueblo. Nada que objetar, afirma Díaz, salvo que "todo el patrimonio que ellos deben de mantener, está a punto de quedar en nada".