La polémica por la ubicación del nuevo grado de Deporte se inició hace poco más de un año, cuando el rector de la Universidad de Oviedo, Santiago García Granda, anunció que había un proyecto para la implantación de los estudios en el campus de Mieres. La iniciativa a la que aludía el máximo responsable de la entidad académica era la que les había presentado la facultad Padre Ossó, centro adscrito a la Universidad de Oviedo. Sin embargo, días después del anuncio salieron a la palestra los ayuntamientos de Gijón y Avilés, quienes reclamaban el título para sus ciudades. Oviedo también se postuló para acoger los estudios, aunque ejerció menor presión.

Esto obligó a que el Rector cambiase el tono y la implantación del grado en Mieres ya no era tan segura. Tampoco que la llevase a cabo Padre Ossó, ya que surgieron voces que pidieron que el título fuese totalmente público. Más tarde se uniría otra propuesta más, de carácter totalmente privado, sumando tres opciones distintas para la implantación, sin que a día de hoy se conozca qué se va a hacer.

El retraso en la toma de decisiones también afectará a la puesta en marcha del grado. Si se hubiese permitido a Padre Ossó desarrollar su proyecto desde el primer momento, el campus de Mieres podría haber estrenado estos estudios el próximo curso académico. Sin embargo, la pugna a hecho que, como mínimo, no haya estudios hasta el curso 2019-2020.