La caca de su perro puede salirle muy cara. El Ayuntamiento de Lena ha puesto en marcha una campaña, tras meses de labores de concienciación, para endurecer la vigilancia y sancionar a los propietarios de canes que no limpien sus excrementos. Las multas por dejar sucia la vía pública alcanzan los 3.000 euros en la Ordenanza Municipal de Limpieza, Salud Pública, Ornato y Defensa de la Ecología de Lena. Como novedad: no sólo se vigilará el núcleo de la Pola, sino también localidades rurales que han pedido al Ayuntamiento su colaboración.

"Caminar por algunas aceras es caminar por un campo de minas, nunca sabes cuándo vas a pisar una caca de perro", denuncian los vecinos. Una queja que se repite en la mayoría de las capitales de las Cuencas, pero en Lena han decidido atajar la situación: "Sabemos que la mayoría de nuestros vecinos cumplen a rajatabla con las normas de civismo. Pero con un único incívico que haya, se fastidia toda la calle", señaló ayer la alcaldesa, Genma Álvarez (IU).

Y es en el bolsillo donde más duele. "Después de meses de concienciación, con varias campañas y avisos para los dueños de animales, hemos decidido empezar ya una vigilancia más seria y poner las sanciones que sean oportunas", destacó Álvarez. Sólo así, afirmó la Alcaldesa, "lograremos concienciar a las pocas personas incívicas que quedan en nuestro concejo y que están perjudicándonos a todos".

Vigilancia

Los agentes de la Policía Local estarán más atentos en las zonas de paseo y los lugares más transitados por las mascotas. En este punto, Álvarez señaló que "es bastante complicado pillar a las personas que hacen esto 'in fraganti'. Cuando no lo van a recoger, se aseguran bien de que nadie los vea". La primera sanción por este comportamiento se considerará una infracción leve, con una multa de 750 euros. Las segundas, es decir aquellos que sean reincidentes en no limpiar la caca de sus mascotas, pueden alcanzar (o superar, en casos excepcionales) los 3.000 euros.

El Ayuntamiento busca así terminar con las muchas quejas vecinales que ha recibido en los últimos meses, y también mejorar la imagen de sus calles. Hay algunos puntos "problemáticos". Uno de ellos, precisamente, es el entorno del edificio consistorial: "Algunos vecinos tienen por costumbre traer a sus perros a los jardines del Ayuntamiento y no recoger los excrementos, no lo podemos consentir", afirmó la máxima dirigente local. En la zona rural, afirmaron los responsables municipales, hay quejas en Campomanes y otros pueblos del Huerna. Recuerdan que la ordenanza también es válida en las zonas rurales.