Algo más de dos meses faltan para que de comienzo oficialmente la temporada de esquí en Asturias. Pero los clubes que entrenan en la estación de Valgrande-Pajares ya han dado las primeras bajadas. Lo han hecho ataviados con botas de montaña, guantes, bolsas de basura y palas. Y es que por cuarto año consecutivo, las entidades deportivas, respaldadas por Fapas y por la dirección de la estación organizaron ayer la jornada "Pajares en verde", una actividad para que los más pequeños esquiadores y también los mayores recojan la basura depositada en la estación y realicen una plantación de árboles con el objetivo de contribuir al cuidado de un medio que tantas alegrías les da en el invierno.

A las diez y media de la mañana se citaron los deportistas en las pistas de Pajares. Allí se presentaron, junto a sus padres o sus monitores, y se pusieron manos a la obra. Fueron más de 200 personas las que participaron en la actividad. Fueron recogiendo basura. "Los plásticos, botes de bebida o papeles fue lo más habitual para recoger", señalaba Íñigo Cabal, presidente del club Elit Mirios, uno de los organizadores. Cabal explicó que la idea de acometer esta actividad "es la de que los niños aprendan que es necesario cuidar el medio en el que nos movemos luego en invierno, que sean partícipes y que cuando vengan a la nieve pienses y se sientan orgullosos de que ellos han ayudado al buen mantenimiento de nuestra estación".

Santiago Rubiera tiene 12 años, pertenece al Ski Club Cuitu Negru y lleva participando en las cuatro ediciones del certamen "Pajares en verde". "Recogimos mucha basura, y ahora vamos a plantar los árboles para acabar el día", señalaba el pequeño, poco antes de coger la pala para sembrar uno de los 400 ejemplares que ayer se sumaren a la masa forestal del complejo invernal lenense.

A sus 16 años, Jaime Cabal lleva 13 sobre los esquís y cuatro participando en estas limpiezas de Pajares. "Me parecen geniales esta iniciativas, porque ayudamos a que la estación esté mucho mejor preparada cuando esté funcionando en invierno", asegura.

La extenuante jornada de trabajo acabó con premio para todos. Y es que tras la limpieza y plantación, el día les brindo un sol radiante para poder disfrutar más aún de una espicha de confraternización.