Su rostro se hizo conocido, a este y al otro lado del Atlántico, en agosto. Le bautizaron como "el héroe de Durango" porque ayudó a salir del avión accidentado en la localidad de México a varias personas (entre ellas, un niño) minutos antes de que la aeronave ardiera. El minero José Manuel "Josman" Pulgar, que volvió a su casa de Pola de Lena tras unas semanas de recuperación, hará el "saque de honor" en el partido de este domingo en el partido entre el Caudal Deportivo y el Lealtad de Villaviciosa. El encuentro se disputará en el campo Hermanos Antuña de Mieres, a las 17.30 horas.

"Préstame mucho que me lo hayan pedido, claro, pero yo creo que hay gente que lo merece más". Humilde y tranquilo, Josman Pulgar recibió "con orgullo" este homenaje del Caudal Deportivo. Asegura que está "encantado" con esta idea, como buen amante del deporte y de las Cuencas. ¿Y qué tal le va la vida al "héroe de Durango"? "Pues bien, estoy aquí con unos compañeros del trabajo. Así que mejor imposible", asegura, ya de vuelta por completo a la normalidad. En cuanto a lo de "héroe de Durango", matiza que "me queda grande, cualquiera en mi situación hubiera hecho lo mismo".

No lo ven así en el Caudal. El presidente del equipo, Roberto Ardura, afirmó que "es un gesto con el que queremos visibilizar a una persona con una solidaridad que cada vez escasea más en nuestra sociedad". "Creemos que estos comportamientos ejemplares merecen siempre una ovación", añadió.

José Manuel Pulgar confesó en una reciente entrevista a este diario que el relato del accidente en Durango, que tuvo que repetir cientos de veces para medios nacionales e internacionales, se le hace "un poco pesado". Así lo narró a LA NUEVA ESPAÑA.

El accidente

Ocurrió cuando volvía a casa tras unas vacaciones en familia. Él regresaba antes para incorporarse en su puesto en el pozo Nicolasa de Mieres: "El tiempo estaba malo, y ya antes de despegar el viento era muy fuerte y llovía mucho", indica. Algo que "es normal durante el verano en México, tormentas huracanadas que duran diez minutos y remiten, pero en este caso duró un poco más".

"Recuerdo que despegamos y al poco volvimos a tomar tierra y sentimos un golpe muy fuerte", indica. Vio llamaradas por las ventanas: "Pensé que ahí me moría". Pero el avión paró y evacuaron a toda velocidad. Él empezó a escuchar voces de pasajeros atrapados, gente que pedía ayuda a gritos, y no se lo pensó. Dio media vuelta, volvió a entrar en el avión y los rescató. "Lo que haría cualquiera en esa situación, es lo que hace todo el mundo", insiste. O quizás no.