-No basta con que llueva, tendría literalmente que jarrear para que la fiesta se suspendiera.

El aguacero fue por momentos vigoroso, pero los alleranos estaban decididos a soportar lo que les echaran encima. Y es que ayer fue 11 de noviembre, una fecha de celebración, reunión y reencuentro con las raíces. "La sidra está embotellada y no se encharca", apuntaba José García justo antes de que arrancara el desfile de las "xandes" (carrozas), la cita más vistosa de la fiesta de la Sociedad Humanitarios de San Martín: "¿Se suspende la Navidad por el mal tiempo? No, ¿verdad? Pues para los alleranos los Humanitarios es como la Navidad". Así zanjo el tema de la lluvia la joven María González, integrante de la "Xanda Tapín", una de las más bulliciosas.

Lo cierto es que el día fue muy desapacible, pero las ganas de fiesta lograron al final que subiera la temperatura. La totalidad de las 46 "xandas" apuntadas al desfile fueron de la partida. Cientos y cientos de alleranos y visitantes se sumaron al cortejo. Alrededor de las carrozas, entre un manto de paraguas de mil colores, una multitud de hombres con chaleco y montera danzaban, unos, y gambeteaban, otros, entre guerra de dengues (prenda exterior de los vestidos de asturiana) y mantones. Y es que la fiesta de San Martín no se entendería sin el traje tradicional: "En cuanto te pones el traje te sumerges en la celebración", aseguraba ayer un grupo de chicas al inicio de la marcha.

El singular desfile de los Humanitarios es siempre divertido, aunque al tiempo es la mejor vitrina que tienen los alleranos para mostrar sus demandas. Muchas de las "xandas" que ayer recorrieron las calles de Moreda tenían un carácter reivindicativo. La ya citada "Xanda Tapín" expuso con gracia el descontento existe en la comarca por la falta de contenido del campus de Barredo: "Un máster por un culín", apuntaron los integrantes del grupo. También hubo recuerdos para la muy deficiente cobertura ferroviaria que soporta el valle y para el fin de la minería de carbón. La fila de carrozas y la "procesión" que arrastró, con los gigantes y cabezudos dominando el recorrido desde lo alto, se constituyó en una cadena bien sujeta a la tradición.

El desfile es el alma de la fiesta de San Martín, pero la jornada festiva arrancó mucho antes, con una especial alborada acompañada por bandas de gaita y bailes. Más tarde, le tocó el turno a la procesión del ramu, previo a la celebración de la misa en honor a San Martín. La puya'l ramu, otro de los actos tradicionales de la fiesta en Moreda, tampoco faltó a su cita. Al final, ya solo quedaba cumplir con la última invocación de la fiesta. Había que reponer fuerzas. Nada mejor que fabada, compango, casadielles y panchón.