La urbanización del polígono de Reicastro le costó a Hunosa 4,5 millones de euros. Los trabajos concluyeron hace ahora siete años y su objetivo era convertir la vieja escombrera de Ujo, de casi 80.000 metros cuadrados, en "el mejor parque empresarial de la comarca". Ni el importante desembolso realizado ni la acuciante necesidad de generar tejido empresarial que sobrelleva el concejo de Mieres han originado que esta superficie haya podido captar algún proyecto empresarial. Es más, el acceso a los terrenos permanecen, desde principios de 2012, bloqueado. Y es que hay errores en su parcelación que siguen sin resolverse.

GAM y Rioglass fueron algunas de las empresas que en su momento mostraron interés por adquirir suelo en Reicastro. El reciente fallido intento de Asturiana de Laminados (Asla) puso de manifiesto varios problemas graves que explican en parte los motivos por el que el polígono sigue vació. El precio del suelo no es competitivo en comparación con el que se ofrece en el entorno de la región. Hunosa le pedía a Asla 33,43 euros por metro cuadrado en Reicastro. Es decir, la venta del polígono mierenses se fijó en un precio de 2.585.454,26 euros. En Zamora, la empresa pagará alrededor de 2,1 millones de euros por 200.000 metros cuadrados de suelo urbanizado en Villabrázaro. Tres veces menos por metro cuadrado de lo que pedía Hunosa. Pero hay otro escollo especialmente controvertido. Ni Hunosa ni Confederación Hidrográfica del Cantábrico repararon durante todo este tiempo en que el proyecto de urbanización había ocupado más suelo del debido. El problema radica en que CHC se dio cuenta el año pasado, justo cuando Hunosa empezó a negociar con Asla, de que la ocupación del suelo invadió espacios de su propiedad.