Lo trabajadores de las subcontratas de Hunosa han retomado las movilizaciones que iniciaron hace dos meses al ver peligrar el futuro de sus puestos de trabajo. Como sucedió entonces, cuatro mineros se encerraron ayer en el pozo Santiago. "Percibimos que se nos margina y que no hay intención de cumplir el acuerdo inicial que debía garantizar nuestro empleo, al menos, hasta 2021", apuntaron ayer los portavoces del colectivo.

Dos de los subcontratados encerrados trabajan para la empresa Satra y los otros dos para Carbomec. Uno de ellos es lenense y los otros tres alleranos. Son, siempre según apuntaron ayer sus compañeros, afiliados del SOMA. El colectivo asegura estar muy descontento con la posición que mantienen los sindicatos en el actual proceso de negociación del Plan de Hunosa. Representantes y compañeros de los encerrados manifestaron que "nos sentimos ignorados y desplazados en la negociación, nos excluyen totalmente y no despejan ninguna duda sobre nuestro futuro".

Desde el colectivo se afirma que recientemente solicitaron a las centrales sindicales poder tener una reunión con la comisión negociadora, a fin de trasladar directamente su situación actual y sus necesidad "de buscar alternativas a corto plazo como puede ser la recolocación de excedentes mineros en la empresa Hunosa, a través de los proyectos de diversificación o del plan industrial".

El clima de tensión que rodea al colectivo se trasladó ayer al propio encierro. Los mineros iniciaron su aislamiento a las siete de la mañana. Decidieron quedarse en la planta once, la más profunda del pozo allerano, a unos 700 metros bajo tierra. "La actitud de la empresa ha sido lamentable, mucho peor que en el anterior encierro con Mallada de presidenta. Nos han amenazado incluso con llamar a la Guardia Civil, algo nunca visto", apuntaron ayer los portavoces de los subcontratados. Siempre según la versión de los trabajadores, la dirección de la empresa se mostró inclusa dispuesta a cortar la ventilación del pozo para forzar la salida de los encerrados: "se les amenazó hasta con el despido inmediato". Los cuatro mineros permanecieron sin comida durante casi 12 horas, ya que no fue hasta pasadas las seis de la tarde cuando los responsables del pozo permitieron bajar alimentos".

"Su intención es mantener el encierro hasta que se escuchen nuestras reivindicaciones", apuntaron ayer los compañeros de los cuatro trabajadores que ejercen de punta de lanza de la nueva protesta.