Pocas veces antes había causado tantos dolores de cabeza una pista forestal. Todo empezó en el año 2016: los vecinos de Casomera organizaron una sextaferia para actuar en el acceso al puerto de Piedrafita. La Coordinadora Ecoloxista d'Asturies denunció la actuación, al considerar que atentaba contra el medio ambiente. El Juzgado de Lena no advirtió daños en el entorno.

La sentencia no terminó con todos los problemas. Según el Ayuntamiento de Aller, los vecinos sólo habían pedido licencia para "limpiar y desbrozar" el camino y no para la reforma que ejecutaron -que incluyeron mejoras en el firme-. Extremo que niega Manuel González, un portavoz vecinal de la localidad allerana. Ahora, la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente les ha impuesto una multa de 3.500 euros y el acceso está precintado "y lleno de argayos". Esto ocurre a unas semanas de que comience la temporada de pastos. El camino es paso obligado para cerca de 700 cabezas de ganado de productores del concejo.

"Es injusto que se nos reclame esta multa ahora, cuando está claro que no hicimos nada ilegal. Sólo nos juntamos porque era muy necesario reparar ese camino", clamó Manuel González. El representante estuvo a la cabeza de la representación de vecinos que ayer mantuvieron un encuentro con el alcalde de Aller, David Moreno.

La respuesta del regidor es clara: "No podemos ayudar con esa sanción, interpuesta por una Administración regional a terceros". Pagarla, añadió Moreno, "sería una ilegalidad".

La multa no es peccata minuta. Son 5.300 euros en concepto de una sanción y la indemnización por lo ocurrido. Aquí, según la Administración local, está "el meollo" del caso: sólo son de multa los 300 euros, los 5.000 euros corresponden a la indemnización por la madera que desapareció después de la obra. "Se produjo una tala excesiva y nunca se supo de esa madera", aseguraron fuentes regionales. Los vecinos no llegaron a disfrutarla: "Nos consta que ellos no recibieron nada, pero sí saben que alguien la cargó en un camión para llevársela", matizaron fuentes del Ayuntamiento de Aller.

No es sólo el bolsillo. Los ganaderos de la zona no pueden pasar al acceso, porque está "precintada". "Con todo lo que llovió este invierno, durante los temporales, está totalmente llena de argayos y no se puede pasar", señaló Manuel González. Este problema afecta a más de diez ganaderías del concejo, que suman las cerca de setecientas cabezas de ganado que pastan en el puerto de Piedrafita.

El problema está sobre la mesa. Y el Alcalde ofrece una solución: "Lo máximo que podemos hacer ahora es legalizarla con la mayor brevedad posible". Pero llevará tiempo ya que, según el dirigente local, "es necesario un proyecto y pedir la correspondiente licencia ambiental". Además, según los vecinos, se han producido argayos que tendrán que ser reparados. "Mientras no se legalice, las máquinas no pueden trabajar en la zona", replicó el regidor. No es promesa suficiente, alertan desde el sector primario. "Es imposible que podamos pasar por la pista y no hay un acceso alternativo viable. Vemos peligrar esta campaña", zanjaron ayer.