Los escaladores no entienden que los ecologistas hayan puesto el foco sobre ellos por el presunto perjuicio que esta práctica deportiva pueda estar ocasionando a la creciente población de buitres que anida en los alrededores del peñón de Figares (Morcín). "Podemos garantizar que en ningún momento estamos molestando a estas aves. De ser así, seríamos los primeros en parar. Los nidos están muy por encima de las vías y bastante alejados", explican los portavoces de las escuela de escalada de Figares.

La Sociedad Española de Ornitología exige una regulación que, cuando menos, limite la práctica deportiva en época de anidación, más o menos, entre finales de enero y principios de julio. Los montañeros sostienen que la queja no se sostiene y alegan al "sentido común" para defender su postura. Primero recuerdan que el área de escalada de Figares se encuentra a unos 300 metros de la cantera de Peñamial, sin actividad desde hace unos cuatro años: "Resulta que la cantera no molestaba a los buitres y nosotros sí", apuntan los escaladores: "Tanto los buitres como nosotros regresamos juntos a Figares cuando cesó la cantera. Ambos convivimos sin ningún problema y prueba de ello es que la población de estas aves no deja de crecer".

La escuela de escalada de Figares se abrió hace más de 30 años, aunque estuvo un tiempo sin apenas uso debido a la actividad en la citada cantera. Ahora está de nuevo operativa. Cuenta con tres sectores. Los escaladores explican que sólo uno de ellos, el de la derecha según se mira desde la carretera general, se aproxima algo a los nidos. "Los buitres están mucho más altos y no nos perciben. Además, no son como los alimoches, que sí son muy sensibles a la presencia humano. Es una barbaridad decir que suponemos algún problema", recalcan los responsables de la escuela. "Somos los primeros que defendemos la naturales y si hubiera que cerrar alguna vía durante los periodos de cría lo asumiríamos. Pero plantar el cese de la escalada en Figares es una barbaridad".